Los hosteleros confían en salvar la Semana Santa a última hora

Juan Ventura Lado Alvela
juan ventura lado CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Solo el hotel Hórreo de Corcubión tiene ya un 100% de ocupación

23 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Los hosteleros de la Costa da Morte afrontan la Semana Santa con opiniones dividas sobre el volumen de reservas y una esperanza común, que los clientes de última hora acaben levantando unos resultados que, a día de hoy, en general son más bien pobres, aunque también hay excepciones. Una de ellas es el hotel Hórreo de Corcubión, que a dos semanas para la llegada de los festivos ya tiene completas sus 42 habitaciones.

Sin embargo, el complejo Playa de Quenxe, en la misma localidad, que cuenta con unas 200 plazas, por el momento tiene una ocupación un 50% inferior a la del año pasado por estas fechas, aunque según señalan sus responsables estos últimos días «hai máis movemento de chamadas», lo que debería traducirse en reservas.

Esta constante se repite en la mayoría de los establecimientos consultados: «A xente pregunta, consulta e despois diche que xa chamará. Nótase que anda buscando gangas, pero nós xa estamos con prezos case de tempada baixa e non podemos facer máis», explica un responsable del Pazo do Souto de Carballo.

Estrella Miñóns, del hotel Monte Branco de Cabana, que tiene concertadas 24 de las 96 estancias disponibles, considera que esta es la misma constante de todos los años. «Nós levaremos 30 anos e pasa sempre igual. En Semana Santa moita xente espera a manobra do tempo e, en función diso, decide a última hora. O que pasa é que nesta ocasión a culpa de todo, cada vez que vén un bache, levaa a crise».

En el mismo municipio, Miguel Canedo, de Porto Cabana, señala que están entre un 35% y el 40% de ocupación de las aproximadamente 90 plazas que tienen disponibles en sus apartamentos. Sin embargo, al igual que la mayoría de colegas confían en que los clientes nacionales, que son los últimos en cerrar las reservas, acaben cuadrando unos resultados que, por el momento, se prevén inferiores a los del año pasado.

Semana Santa son tres días

Los hoteleros también coinciden en que la duración y la tipología propia de estas fechas no tendrá una influencia demasiado significativa en el conjunto del año, porque tal como señalan algunos de ellos, «Semana Santa son tres días». Las reservas se limitan prácticamente a los festivos y las estancias más numerosas son de una o dos noches.

Con todo, dentro del contexto de recesión generalizado, el movimiento de los últimos días, sobre todo en cuanto a petición de información y solicitud de ofertas hace presagiar a los profesionales que los resultados de Semana Santa, estén algo por encima de lo inicialmente esperado. Para ello, la clave, en opinión de la mayoría, más que en las ofertas está en cómo venga el tiempo para estas fechas.

Aunque algunos establecimientos han realizado ofertas como incluir el desayuno en el precio para capear la escasa demanda, si en algo coinciden los hoteleros de la comarca, sobre todo los regentan negocios pequeños, es en que bajar los precios de manera temeraria no resolverá el problema.

«O que non podemos facer é volvernos tolos e empezar a tirar cos prezos, porque se queremos apostar por un servizo de calidade, dese xeito, non o poderemos dar», asegura Juan Francisco Boullosa, del Ínsula Finisterrae, que llama a sus colegas a mantener la «tranquilidade», porque si alguno opta por la reducción drástica para captar clientes estará perjudicando a los demás, que también se verán obligados a hacer lo mismo para mantener la actividad.

En ese mismo sentido, los responsables de los apartamentos Playa de Quenxe de Corcubión, advierten de que en algunos destinos, que entran en competencia con la Costa da Morte, están adoptando estas políticas comerciales y eso se deja sentir en la demanda, porque muchas personas apostarán por un lugar diferente para pasar sus vacaciones, atendiendo únicamente al criterio económico.

Los extranjeros primero

De las reservas formalizadas en los últimos días, en el Torre de Laxe, donde disponen de 14 habitaciones, la gran mayoría corresponden a ciudadanos extranjeros, sobre todo franceses. Esta tónica se repite en la mayoría de establecimientos consultados, donde señalan que los clientes nacionales son los últimos en llegar.