Sintiéndose como en casa en la localidad hermana

CARBALLO

14 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

1 Resulta impensable viajar a París y no regresar a casa con una instantánea tomada junto a la Torre Eiffel. O visitar Nueva York y no inmortalizar la famosa Estatua de la Libertad. O pasar por Compostela y no fotografiar su catedral. Pues igual de impensable es ya viajar a la localidad francesa de La Guyonnière y no sacarse una foto junto a la señal que indica el camino y la distancia con Coristanco. Para los vecinos de la localidad y para los alumnos de la EFA Fonteboa, que dirige Luis García Fernández, es casi un ritual retratarse junto a la señal en cuestión, colocada en 1999, año en el que La Guyonnière y Coristanco se hermanaron e iniciaron una cordial relación a pesar de los 1.250 kilómetros que separan ambos municipios. En esta ocasión los protagonistas de la imagen son seis alumnos del ciclo de Producción Agropecuaria, que están participando en la región de La Vendée en un intercambio en explotaciones agrarias. Lo más curioso es que ninguno de los chavales es de Coristanco (son naturales de Cabana, Ordes, Muxía, Trazo, Brión y Rois), pero después de cuatro años estudiando en Fonteboa también se sienten un poco coristanqueses. De alguna forma ellos también se han hermanado con la localidad.

Un híbrido diésel

2 Los responsables de Dimolk, el concesionario Peugeot en Carballo, acaban de recibir la última novedad de la marca, el Peugeot 3008 Hybrid, el primer híbrido diésel del mercado, que incluye un motor HDi turbudiésel de 163 CV que mueve las ruedas delanteras y otro eléctrico de 37 CV acoplado a las traseras que le aporta tracción 4x4. En total, explica el jefe de ventas de Dimolk, Manuel Díaz Molk, rinde 200 CV, aunque su mayor novedad es su bajo consumo (3,8 litros de media). Y, por si fuera poco, ecológico.

Visitas en Cee

3 El de ayer fue un día de visitas educativas en Cee. Los alumnos de tercero de ESO del instituto Fernando Blanco, por ejemplo, se acercaron hasta el museo de la Fundación Fernando Blanco y, guiado por Darío Areas, conocieron el origen del centro escolar en el que estudian. A unos kilómetros de allí, en la parroquia de Toba, los niños del colegio de Camariñas vivieron una experiencia única compartiendo jornada con los chavales de Aspadex, el centro que dirige Concha Seoane. Los usuarios de la asociación le enseñaron a los jóvenes estudiantes cómo es el trabajo que realizan en los distintos talleres y, además, compartieron las actividades de ocio. Fue un gran e inolvidable intercambio.