La abuela de Montemaior celebró los 101

CARBALLO

ANA GARCIA

05 feb 2012 . Actualizado a las 07:08 h.

1 El frío invierno le provocó un catarro, pero ya se ha recuperado y se encuentra como una rosa. Esta historia no tendría mucho mérito si no les contase que la exconvalecinete de la gripe es Josefa Vilas Rojo, Pepa, una vecina de la parroquia larachesa de Montemaior que ayer celebró 101 años, que se dice pronto, pero se tarda mucho en llegar a esa cifra capicúa. Recuperada de su catarro y ya con una salud de hierro (le falla un poco el oído, pero es lógico a su edad), recibió ayer una visita muy especial, la del alcalde larachés, José Manuel López Varela, y de la concejala de Servizos Sociais, Rocío López Rey, que se acercaron hasta el lugar de Baldomir, donde Pepa reside con unos vecinos a los que quiere y aprecia (ellos también a ella) como si fuesen de la familia. De regalo recibió un precioso ramo de flores que le hicieron mucha ilusión. Muchas felicidades.

Cocido carballés

2 Unas 25 personas comprobaron ayer en el restaurante Ladebur, de Carballo, que no hace falta viajar hasta Lalín para degustar un cocido de cinco estrellas. Esa era la idea de Gabriel Pérez Suárez, que le encargó a su nieto, Pablo Iglesias Pérez, el cocinero de Voces de Bergantiños, de Radio Voz, y responsable del establecimiento hostelero, que elaborase un cocido de los que no se olvidan. Y así lo hizo y dieron fe de ello los hermanos de Gabriel, Pastor, Luciano y José María, y grandes amigos, como Pepe Mariño o el poeta coristanqués Donato de Eira-Pedriña. Los productos, cien por ciento de la comarca (grelos de Anxeriz, patatas de Ardaña y carne de Soneira) fueron cocinados con mimo y experiencia, así que el resultado fue soberbio, lo que propició una larga sobremesa y muchas charlas interesantes. Ni que decir tiene que entre todos «arreglaron» el país. Es lo que tiene un buen cocido, que por cierto también ayuda a combatir las temperaturas siberianas.

Queimada

3 El broche de oro al cocido de Ladebur hubiese sido, ya puestos a disfrutar de tradiciones, una queimada como la que el viernes por la noche elaboró el presidente de la Asociación Gastronómica Costa da Morte, Manuel Gómez Eiroa, en su local, el mítico bar Pura, en la calle Fomento de Carballo, del que cogió las riendas hace seis meses. Aguardiente, azúcar, granos de café y demás ingredientes fueron mezclándose al ritmo del clásico «conxuro» que espantó «mouchos, coruxas, sapos e bruxas» y toda cuanta mala vibración se hubiese atrevido a entrar en el establecimiento. El mágico brebaje hizo entrar en calor a todos los presentes. No hay más que ver que Manuel Gómez incluso se atrevió con la manga corta. Un valiente.