«Haga lo que haga siempre seré 'a neta da de Mitos' y eso me llena de orgullo»

marta valiña CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

<span lang= es-es >Una niña tímida</span>. María, hija única, asegura que siempre fue una niña tímida y vergonzosa.
Una niña tímida. María, hija única, asegura que siempre fue una niña tímida y vergonzosa.

Una beca ha llevado a la joven bióloga a una universidad de Austria, donde investiga las lombrices de tierra

10 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

«Echo mucho de menos Carballo, a la familia, a mi novio, a mis amigas...» Como el turrón, la carballesa María Gómez Brandón volvió a casa por Navidad y aprovechó las cortas vacaciones para ponerse al día de absolutamente todo y coger fuerzas para enfrentarse de nuevo al frío de la localidad austríaca de Innsbruck, donde reside desde hace casi un año y todavía deberá quedarse, como mínimo, doce meses más.

«Ahora estoy mucho más adaptada y me encuentro muy bien allí, pero lo cierto es que al principio me costó bastante porque me sentía un poco sola, el estilo de vida era muy diferente al de Galicia y todo el mundo me hablaba alemán, así que no me enteraba de nada», explica echando la vista atrás. Se fue allá becada por la Fundación Alfonso Martín Escudero, para trabajar en el departamento de Ecología Microbiana del Instituto de Microbiología, donde estudia «el efecto de las lombrices de tierra en las comunidades microbianas». La cara de asombro de su interlocutor le provoca una carcajada, a la que añade: «Sí, a mi madre y a mis amigas cuando se lo cuento también les suena a chino».

Sus amigas, las de siempre, las que conoció en los primeros cursos en el colegio Leus (ahora Artai) y después en el instituto Alfredo Brañas, siguen metiéndose con ella y las bromas con los gusanos siguen a la orden del día cada vez que se ven. «Yo siempre fui muy tímida y muy reservada y ellas mucho más lanzadas, así que me iban abriendo camino. Siempre me decían: ?Venga María, vamos, atrévete...?», explica riéndose.

Con «María, Berta, Lita...», María Gómez compartió horas y horas de charlas en la plaza do Concello de Carballo, a donde acudían nada más salir del colegio. «Éramos muy buenas, muy responsables, así que nos limitábamos a sentarnos en las escaleras del Ayuntamiento a ver pasar a todo el mundo, a cotillear quién le gustaba a quién», recuerda.

Con sus «niñas», añade, pisó por primera vez una discoteca, sin saber muy bien, cuenta, dónde se metían. «Fuimos por primera vez cuando hicimos la Confirmación y estábamos muy emocionadas. No por la Confirmación, sino porque íbamos a ir a la discoteca Micro y mi madriña, cómo nos preparamos», rememora riéndose.

Su infancia, asegura María, está muy ligada a esas niñas con las que hoy comparte recuerdos siempre que puede -«aunque cada una tiene ya su vida, seguimos en contacto y las nuevas tecnologías ayudan mucho»-, y también la frutería familiar, a la que iba corriendo a diario nada más salir del colegio. «Estaba tan cerca del colegio que allá me iba nada más salir de clase, a jugar entre las cajas de fruta. Por eso todo el mundo me recuerda de estar por allí, como ?a neta da de Mitos?. Haga lo que haga siempre seré ?a neta da de Mitos? y eso me llena de orgullo, porque mis abuelos siempre me apoyaron, aunque no entendiesen muy bien lo que estaba estudiando y aunque todavía hoy mi abuela se confunda y en vez de contar que estoy en Austria diga que estoy en Australia».

«Por desgracia estoy muy lejos y voy muy poco a casa, pero tengo la suerte de hacer lo que me gusta»

«De pequeña era muy tímida y todo me daba vergüenza»