El uso de pesticidas en la comarca es excesivo y se realiza sin control

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

La Xunta registra los aplicadores de fitosanitarios para saber cuántos hay en Galicia

10 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El uso racional de pesticidas en la agricultura europea es el objetivo del encuentro New Advaisers (nuevos asesores) que reúne estos días en Coristanco a técnicos de ocho países. En Galicia la situación no es tan grave como en Alemania, donde muchos acuíferos están contaminados, por lo que no hay todavía legislación sobre este asunto. La Xunta publicó un manual de buenas prácticas agrícolas, destinadas a enseñar el uso de purines y pesticidas, pero ni siquiera sabe la cantidad de aplicadores de fitosanitarios que hay.

La cuestión ya preocupa y se ha creado una unidad técnica de control de esta maquinaria. La experiencia de Carlos Carballo, que es el encargado del departamento, es que en casi todos los casos los sistemas están mal calibrados, por lo que se utiliza más cantidad de producto del recomendado.

En la Costa da Morte se desconoce el número de aplicadores que hay, pero hay el convencimiento de que no funcionan como es debido, por lo que los fitosanitarios se utilizan alegremente. Incluso cumpliendo las recomendaciones sobre buenas prácticas, el agricultor contamina por encima de su necesidad de proteger su producción a causa del deficiente estado de la maquinaria que usa.

Las cosas podrían cambiar el próximo año. Ya hay un borrador de un decreto que se refiere a una directiva europea del 2009 sobre sanidad vegetal. Ahí se establece la obligatoriedad de realizar controles periódicos a los aplicadores de productos fitosanitarios.

Ahora el asesoramiento es voluntario, pero solo hay una unidad, que no da abasto. Cuando el agricultor utiliza demasiados fitosanitarios sube los costes de producción, contamina el subsuelo y reduce el valor de sus productos.

Carlos Carballo explicó que para un uso racional de los fitosanitarios, según las directrices de la Xunta, es fundamental un buen diagnóstico del problema, seguido del conocimiento del producto, y del control de la maquinaria de aplicación. Todo ello es fundamental para conseguir la seguridad alimentaria y ello se logra limitando al máximo el uso de estos productos. Puso como ejemplo la crisis del pepino para explicar los enormes problemas con los que se puede encontrar un agricultor.