Antón Mouzo insufla vida en Vimianzo

Eduardo Eiroa Millares
E. eiroa CEE / LA VOZ

CARBALLO

Manuel Rivas dedicó emotivos versos y palabras al pintor ya fallecido

25 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El auditorio de la Casa da Cultura de Vimianzo, con más de la mitad del aforo cubierto, se convirtió el viernes por la noche en un nuevo hogar para Antón Mouzo.

A la obra y la figura del pintor le rindió homenaje a golpe de verso el escritor Manuel Rivas, quien lo conoció bien y quien pasó largo tiempo en Vimianzo. «Nós pasamos aquí días felices e esperamos pasar moitos máis», dijo el escritor, quien derramó sentidas y elogiosas palabras al hombre que ilustrara su obra Costa da Morte Blues. «Un ten conciencia de que un fogar existe cando hai áncoras con sensibilidade que fan que un prenda nese lugar, unha delas é María Lavandeira, otra Antón Mouzo», dijo Rivas. Con él, sobre el escenario, estuvo la propia María Lavandeira y el alcalde, Manuel Antelo, y César Morán saldría después para cantar versos propios, de Lois Pereiro y de Cunqueiro acompañado por su guitarra.

Arca en forma de dorna

La figura a honrar el viernes era la de Mouzo. «A súa obra ten condición de arca, ten forma de dorna que vai por enriba do tempo», condensó Rivas, quien definió al pintor con la misma expresión que usó Caravaggio para sí mismo. «É un valent?uomo», dijo Rivas. Valiente «porque tomou decisións que significaban moito no mundo en que vivimos» y también en su obra, en mutación permanente, como corresponde, aseguró Rivas, a los artistas de verdad, no a los que se limitan a imitar. «A man sincera e a ollada fértil», citó Rivas la expresión con la que se definía a los buenos pintores en los Países Bajos. En esa categoría entra Rivas: «El ve o que hai no espello por diante e por detrás -apuntó-, os seus cadros son un depósito de vida», la obra de un hombre «que loitou contra o naufraxio». «Alí estaba el enfrentado a turba, custodio de todas as vangardas», recitó Rivas. Entre el público muchos familiares y amigos y amantes de la obra de Mouzo que estos días puede verse y disfrutarse en la Casa da Cultura, un trabajo de altísima calidad que tras muchos años de forzoso ostracismo regresa por fin a alumbrar, también con sombras, el lugar que le corresponde en su tierra. César Morán puso fin a un aplaudido homenaje al pintor.

Los actos seguirán en las próxima semanas.