La flota de gabarras de Buría se mantuvo hasta 1958

Rafael Lema

CARBALLO

09 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Conocida es la importancia de la flota de cabotaje de Corme. Era junto con Noia el puerto más importante de Galicia en la época de la navegación a vela, hasta mediados del siglo pasado. Pero sobre esta navegación de cabotaje a vela otros puntos también tuvieron su lugar, como Ponteceso, A Ponte do Porto, Camariñas o Corcubión. Y en un apartado del mundo de la antigua navegación a vela debemos incluir un aspecto no muy conocido, el de las gabarras de Buría. Este lugar de Camariñas, próximo a la capital municipal, es de clara vocación agraria, pero desde finales del siglo XIX hasta 1964 hubo pataches y bergantines dedicados al transporte de madera, sobre todo cargada en los malecones de A Ponte do Porto y Cereixo. El primer punto contaba con cuatro aserraderos y el segundo era conocido como Puerto España. El destino de la madera de pino de A Ponte do Porto era sobre todo las minas de Asturias en su época dorada, de ahí el dicho de «cargar para Asturias».

Gabarras de Buría célebres fueron: Capricho de Vigo, Sirena de Chuco do Farruco, Buría de Cerdeiras, Clotilda de Mosquera, San José dos Cabreiros, Balbina dos Chintos, Rosa de Argimiro, San Roque do Sariño, San Benito do Goriño...

La Clotilda tenía motor, la Rosa era muy vieja y solo hacia un viaje al mes porque le entraba mucha agua. Además estaban las gabarras de camariñáns, como Desiderio, dueño de la San Juan, San Xorxe y Marcelina. Las de Campos, como el bergantín San Anton y O Pilar. La San Antón era la más grande, de 18 toneladas. Las demás eran de 14 toneladas.

En A Ponte do Porto estaba la gabarra Alianza, de Enrique do Muíño de Arriba. Algunas tuvieron naufragios, como la San Benito, que fue al fondo en A Ponte do Porto en los años cincuenta. En todos los casos la mayor parte de pilotos y marineros eran de Buría, que trabajaban hasta en las peores condiciones del tiempo y las mareas, como con nordeste fresco, a contracorriente o en el paso de Aogas en Dor, curva arenosa temida, en donde con nordés había que cambiar el foque y afincarse firmes evitando los bajos de arena. Solían balear río arriba con media marea. También iban a los pinos a arenales de Muxía, como Nemiña o a la playa de A Cruz.

Argimiro estaba considerado el mejor piloto. Patrones de Camariñas eran Manolo do Nacho, Juan do Nacho, O Torto do Nacho. De Buría: Consejos, Perón, Moncho y Pepe dos Cabreiros, Argimiro (padre e hijo), Chano, Moncho do Goleón, o Goleón Vello, o Cañoto, Vigo Vello, Manolo do Vigo, Manolo do Sariño, Papón Vello, Moncho do Herdeiro... El último murió ahogado en 1947 en Os Geos.

Sobre 1958 desaparecieron las famosas gabarras de Buría, por la crisis maderera, la construcción de carreteras y la llegada de los primeros camiones, que además propiciaron la ampliación, en 1937, del puente de A Ponte do Porto. El trabajo de sirga y estiba en A Ponte do Porto aún es recordado por los veteranos trabajadores de los astilleros porteños.

La última gabarra que andaba «aos pinos» fue la Buría, de Cerdeiras, que dejó de rendir travesías en 1964, pilotada por O Cañoto. Antecedentes de este tráfico nacido con la fuerte demanda de madera local fueron gabarras dedicadas al transporte de teja y ladrillo, o de carga general, destacando el vino. Como, a finales del siglo XIX, la Elisa y Marina, de Vicente Carril, abuelo del actual presidente del club de fútbol Camariñas. En 1750 había dos pataches locales que llevaban sardina a San Sebastián y volvían con hierro que trasladaban a A Ponte do Porto, en donde el conde de Altamira tenía unas herrerías, o folión, en As Ferrarías de As Barrosas. Barcos de cabotaje célebres que subían río arriba a los malecones porteños en el siglo pasado fueron el Ponte do Porto, Manuela, Barcia, Mirlo, Meixide, Camelle, Mariano Benlliure... Testigos de la edad de oro de la navegación a vela.