Los mercados incumplen la normativa sobre etiquetado

carballo, cee / la voz

CARBALLO

Usuarios de las plazas de la zona exigen que se muestren los precios

19 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La normativa sobre etiquetado de productos de alimentación se incumple de forma sistemática en los mercados municipales de abastos de la Costa da Morte. Salvo honrosas excepciones, en los puestos de pescado, carne o fruta todavía hay que preguntar «¿a como vai?» para saber cuánto cuesta un producto. Los consumidores empiezan a hacer públicas sus quejas -Radio Voz Bergantiños ha recibido varias en las últimas semanas- y a exigir el cumplimiento de la legislación.

Todos los productos de la pesca, el marisqueo y la acuicultura, tanto frescos como refrigerados, cocidos o congelados, deben identificarse con una etiqueta que contenga el nombre comercial y científico, el método de producción, la zona de captura o cría y el precio. Curiosamente, en las pescaderías de los supermercados, por ejemplo, sí es posible conocer todos esos datos, pero en las plazas de abastos de la Costa da Morte, como en las de toda España, todavía son minoría quienes se adaptan a la ley. Normalmente sí que aparecen unas etiquetas de papel con los primeros datos, pero que a medida que avanza la mañana se vuelven cada vez más ilegibles. Según la normativa, el acceso a la información por parte del consumidor debe ser fácil y claro, algo que en el mercado de abastos de Carballo, por ejemplo, ha empezado a hacer Pescadería Abel.

«Todos los productos que se vendan a granel deben tener expuesta de forma claramente visible una tablilla o cartel con la información obligatoria que corresponde», señalan las organizaciones de consumidores y usuarios. Pero esto no ocurre, salvo excepciones, en los puestos de alimentación de los mercados municipales.

Los productos cárnicos, por ejemplo, deben ir provistos de marca sanitaria. «El marcado se realizará en un lugar claramente visible, de forma perfectamente legible, indeleble y en caracteres fácilmente identificables. Podrá imprimirse en el producto mismo o en el envase», explican desde una de esas organizaciones. A partir de esa norma general, las indicaciones varían según el tipo de carne, pero desde las crisis alimentarias, sobre todo del vacuno, se intenta que el etiquetado permita realizar un rastreo del producto desde el punto de venta hasta la explotación de la que procede.

Pero incluso para la fruta está establecida una información mínima que debe figurar a la vista del público. Según Facua, ha de aparecer «el origen del producto, indicando la zona de producción», y si es importado, también el país de origen.

Curiosamente, mientras en algunos puestos de carne es posible encontrar datos de trazabilidad, pero no el precio; con la fruta ocurre lo contrario. Se desconoce su origen, pero sí aparece el precio. Eso sí, casi siempre en un papel escrito a mano.