El Nobel de Medicina Richard Roberts descubre la Fisterra que oía en la BBC

carballo / la voz

CARBALLO

11 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El año pasado, el divulgador científico Sir David Attenborough, y el Premio Nobel de Química Sir Walter Kroto, ambos ingleses, mostraron su alegría al pisar el Cabo Fisterra. Dijeron que por fin conocían aquel lugar (Finisterre, por la zona marítima a la que daba nombre) que desde pequeños escuchaban a diario en los partes del tiempo de la BBC.

Más o menos lo mismo comentó ayer Richard Roberts, Nobel de Medicina en 1993 por el descubrimiento de los denominados intrones (fragmentos de ADN presentes en los genes que no codifican información), y últimamente célebre por sus denuncias de las compañías farmacéuticas, a las que acusa de ralentizar, incluso frenar, el desarrollo de ciertos fármacos. También Roberts, acompañado de su mujer (estadounidense) se mostró emocionado y feliz mientras contemplaba el océano a su alrededor y preguntaba por las peregrinaciones (Fisterra está abarrotada de caminantes).

Roberts llegó a Fisterra dentro de una parte más (la lúdica) del programa Conciencia, de la mano, como siempre, de su director, el físico y catedrático baiés Jorge Mira. Es ya una tradición, que ha permitido llevar a la villa a eminencias de la ciencia mundial en los últimos años. Roberts lo comprobó en persona cuando firmó el Libro de Honor del Concello, plagado de firmas muy reconocidas.

La visita, en la que también participaron, como anfitriones, el alcalde, José Manuel Traba Fernández, y los ediles Santiago Insua Esmorís-Recamán y Ramón Redonda González, comenzó por una visita a la lonja, mediante un contacto directo con los marineros y armadores, no como suelen hacer los turistas, desde el panel superior. El genetista se mostró muy interesado en conocer los detalles de los peces a la venta. Está embarcado en un proyecto para acumular y clasificar el ADN del mayor número posible de especies marinas para conservar las muestras en los casos en los que esas especies lleguen a desaparecer.

Sobre estas y otras cuestiones habló durante la comida, en el cercano Centolo, con la vista puesta en el diseño de la lonja y curioso ante algunos de los alimentos. Excelentes, pero él es más bien de comer poco.