El hombre que de niño vivió entre lobos contó su historia en Vilarmide

m. p. valle CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

10 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Desde hace varios años, los niños del colegio Vilarmide de Muxía, disfrutan, gracias al empeño de su claustro y del director, Eduardo Noya, de una semana medioambiental muy especial dedicada al lobo.

Los pequeños de Muxía conocen gracias a reportajes y charlas todas las características del animal y poco a poco se han ido convirtiendo en auténticos expertos. Saben tanto que cada vez es más difícil sorprenderlos, pero no imposible. Eduardo Noya lo logró con una conferencia única, que contó con un invitado no solo especial, sino incluso mágico. Marcos Rodríguez Pantoja, el hombre que de niño vivió entre lobos, se acercó el viernes hasta el colegio de Vilarmide para contarle a los escolares la historia de su vida, una historia que el año pasado pudo verse en la gran pantalla gracias a Entrelobos, la película de Gerardo Olivares en la que Marcos también intervino con un pequeño papel.

Una historia de película

Entrelobos cuenta lo que Rodríguez Pantoja les contó el viernes a los estudiantes de Vilarmide. Cómo cuando, con solo seis años, sus padres lo dejaron a cargo de un cabrero que vivía en el Valle del Silencio, en Sierra Morena (Córdoba). El anciano murió cuando Marcos todavía no había cumplido los siete, después de enseñarle lo imprescindible para vivir en el monte. Y ahí comenzó la auténtica aventura de un niño valiente que se acabó haciendo amigo de los lobos de Sierra Morena, con los que convivió hasta casi cumplidos los 20, cuando fue descubierto por un guardabosques y capturado por la Guardia Civil.

Hoy, Marcos Rodríguez reside en un pequeño pueblo de Ourense donde es querido y respetado por sus vecinos, pero reconoce que echa de menos, y mucho, su vida en la sierra. En el fondo sigue siendo un niño, por eso, tal y como demostró en Vilarmide, se encuentra a gusto entre los más pequeños, hablándoles de una infancia difícil, diferente y, sobre todo, libre. Una infancia entre lobos, unos animales a los que Marcos respeta y de los que los niños de Muxía ya lo saben absolutamente todo.