Los envases que tiramos en el contenedor amarillo viajan hasta la planta que Sogama tiene en Cerceda. De allí, una vez seleccionados, se mandan a un gestor de basura que se encarga de reciclarlos. Uno de ellos es Ecoembes, que recientemente ha firmado un nuevo convenio marco con la Xunta, por 85 millones de euros, para mejorar la separación de los envases ligeros y cumplir la legislación vigente en el próximo lustro.
Un arduo trabajo, ya que el porcentaje de residuos impropios todavía es muy alto en Galicia: del 30 por ciento en adelante. «Los avances se van viendo, pero es cierto que deberíamos ir más rápido», explica el subdirector de Comunicación y Márketing de Ecoembes, Juan Alonso.
En los últimos años, la implantación en los municipios es casi total y los gallegos tienen la oportunidad de depositar sus envases en los contenedores correspondientes, «aunque la orografía en Galicia dificulta la perfección. Eso dificulta la operatividad y hace que algunos ciudadanos no tengan un contenedor cerca de su casa», asegura Alonso.
El nuevo convenio va a ofrecer unos incentivos económicos que hasta ahora no existían y Ecoembes, que gestiona los contenedores amarillo y azul, se compromete a financiar el coste a mayores que le supone la recogida selectiva a los concellos respecto a la tradicional. «Les vamos a pagar todos los meses por la cantidad de envases que hayan recuperado. El convenio incorpora bonificaciones para que mejoren esa calidad. Por tanto, al ayuntamiento le debería salir gratis», sentencia.