Relevo generacional tras treinta años de intenso trabajo

marta valiña CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

20 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Entre Carlos y su padre José todo son piropos. El mayor de los Gabín se jubiló hace un año y ahora, aunque continúa en la retaguardia «como socio económico», insiste en que el negocio que fundó en 1980 está ya en buenas manos. «Me pide mucho asesoramiento, pero en realidad no lo necesita, porque está muy capacitado», asegura José delante del pequeño de sus hijos. El mayor, Juan José, también ha seguido sus pasos, aunque se ha instalado en Barcelona, donde ha abierto su propia empresa de climatización y fontanería.

Por eso fue Carlos el que se hizo cargo del negocio familiar, Fontanería Gabín, cuando José decidió dedicarse en cuerpo y alma a a sus cinco nietos y a la Federación de Empresarios da Costa da Morte (Fecom), una entidad que preside desde el 2000 y en la que antes ejerció también como vicepresidente. Dejó el trabajo tranquilo, porque, según insiste, «desde el principio estaba claro que Carlos iba a hacerlo bien». Tan bien, añade, que llegó un momento en el que los clientes hablaban de su hijo mejor que de él mismo. «Una de sus muchas virtudes es lo bien que trata a la gente. Para mí fue una satisfacción saber que el negocio que había creado iba a quedar en tan buenas manos y que iba a haber una continuidad», asegura José, mientras Carlos intenta restarle importancia. «Me ayuda muchísimo y acudo a él siempre que necesito un buen consejo», dice el menor de los Gabín.

El actual responsable de Fontanería Gabín iba para informático, pero, a punto de terminar la carrera decidió cambiar de rumbo. «Desde pequeño me gustaban los tubos. Estudié siempre en A Coruña, pero en verano volvíamos a Carreira y siempre echaba una mano porque me encantaba», asegura. Él comenzó trabajando en A Coruña, en un almacén de calefacción, y en 1993 regresó a Carreira para unirse a su padre. «Desde el principio la empresa estuvo en el bajo de casa, pero entonces decidimos abrir también una exposición en Baio [en A Cacharoza], para estar más presentes», explica. Desde allí viaja por toda la provincia, por donde tiene obras. «La crisis de la construcción nos ha afectado a todos, pero ha sido cuestión de replantearse el negocio y, en vez de grandes obras, centrarse en viviendas unifamiliares o edificios más pequeños», cuenta Gabín.

La clave ha sido reposicionarse, pero también meterse en nuevos sectores. Por eso Carlos, que posee siete carnés de instalador y se prepara para el octavo, se ha adentrado en otros campos. Continúa con la calefacción y la fontanería, pero también ha apostado por las instalaciones de energía solar y el aire acondicionado.

Y mientras Carlos continúa con el negocio familiar, José seguirá luchando desde la retaguardia. Desde la Fecom y también desde la Asociación de Trabajadores Autónomos (es compromisario con voz y voto de la federación nacional), convencido de que la entidad «debe estar también en las reuniones con el Gobierno central, porque representa a más de medio millón de autónomos, que crean cientos de puestos de trabajo en todo el país». Luchará por los demás, pero también por los suyos, con una idea clara: «Si le va bien a Carlos para mí es suficiente». José ya ha puesto las bases. «Unas muy buenas», confirma el sucesor de Gabín.

El palo es José Gabín Martínez. La astilla, su hijo, Carlos Gabín Riveiro.

En 1980, José Gabín puso en marcha en Carreira su propio negocio de fontanería y calefacción. Además, es presidente de la Fecom desde el 2000 y hoy, ya jubilado, asesora a su hijo Carlos en el negocio.