1 El entrenador del Deportivo, Miguel Ángel Lotina Oruechebarría, no lo sabe. Él piensa que el domingo vencieron al Villarreal gracias al gol de Alberto Lopo García. Es posible que el técnico vasco piense que el disparo a puerta del defensa catalán treinta minutos antes del final del encuentro le haya salvado de abandonar el banquillo, pero lo cierto es que aunque el tanto ha tenido mucho que ver, en realidad debería agradecérselo a unos jovencísimos talismanes que siguieron el partido desde la grada. Unos pequeños fans que disfrutaron del partido invitados por varios ayuntamientos de la Costa da Morte y también de la mano de agrupaciones deportivas, como las escuelas de fútbol Luis Calvo.
Entre los espectadores estaban, por ejemplo, medio centenar de niños del Concello de Zas, que acudieron, según cuenta el técnico municipal Fidel Otero Pazos, acompañados por dos monitores. Equipados con camisetas, bufandas e incluso gorros, los jóvenes espectadores se lo pasaron en grande al comprobar que, contra todos los pronósticos, el Submarino Amarillo no pudo mostrar su mejor versión en Riazor, para desgracia de su entrenador, Juan Carlos Garrido Fernández, y de su portero, el lugués Diego López Rodríguez, al que le tocó encajar el gol de Lopo.
Los jóvenes talismanes del Dépor se lo pasaron en grande, lo que demuestra el éxito de este tipo de iniciativas. Ganan los niños y, por cierto, gana el Deportivo.
2 El que también disfrutó del fútbol esta semana fue el delantero del Sporting Zas Braulio Vecino Tomé, quien, a su pesar, tuvo que conformarse con seguir el partido desde las gradas. El jugador, que se recupera de una operación de rodilla, no perdió la sonrisa y se lo pasó fenomenal en el encuentro que enfrentó en Santa Comba al Xallas y al Cee. El joven, que lleva casi toda la temporada de baja, está deseando volver a vestirse de corto, pero no es el único, porque su equipo también necesita que regrese, porque están sufriendo su ausencia. Él, mientras tanto, «vigila» a los adversarios.
3 Al margen de la polémica surgida en torno a la Cidade da Cultura que se está levantando en el santiagués monte Gaiás, no se puede negar que su autor, el norteamericano Peter Eisenman es uno de los mejores arquitectos del mundo. Y un enamorado de la Costa da Morte. Por eso, aprovecha todas sus visitas a Galicia para hacer una escapada a la comarca y disfrutar de sus paisajes y también de sus platos. De lo último, en el restaurante O Fragón de Fisterra, a donde acudió acompañado por su esposa, la crítica de arquitectura Cynthia Davidson. Ambos disfrutaron de los buenísimos productos de la zona y no dudaron en felicitar por su magnífica «arquitectura gastronómica» a los responsables del establecimiento, Fran Insua Fernández y Chefa Insua Canosa.