El número de visitantes a los principales centros de atracción de la Costa da Morte (museos o espacios donde se contabilizan) cayó en el 2010 con respecto al 2009. El ejemplo más claro se encuentra en el faro de Fisterra, a cuyo interior accedieron, según los datos del Concello, 147.150 personas, menos que las 160.656 del año anterior, más que las 103.192 del 2002 y menos (aunque más cerca) de las 156.305 del 2007. El número real de visitantes que se acercan a la punta del Cabo es muy superior, ya que el faro abre pocas horas y, este mes, menos aún, solo los fines de semana.
La caída de Fisterra se ha apreciado en el Museo da Pesca, en el castillo de San Carlos. Alexandre Nerium, que se encarga de atender a los visitantes, indica que los 8.000 del 2009 son bastantes menos que el año anterior. Como ejemplo, de los 3.700 de agosto del 2009 se pasó a los 2.500 de este año (otros meses fue mejor). Nerium lo atribuye a la crisis: «Se vén unha parella, paga sen problemas, pero a un grupo xa lle custa máis soltar seis ou sete euros», señala. Esta sala es la única de la zona en la que se paga entrada.
El Museo da Electricidade de O Ézaro tuvo la mitad de visitas que el año anterior. En Vilán, las Torres do Allo y los Batáns (todos ellos gestionados por Neria, lo mismo que el Seno Marítimo de Corcubión) las cuentas se mantienen cercanas, pero a la baja. En el Fernando Blanco de Cee, la cifra total ronda los 3.500, con una mínima diferencia con respecto al ejercicio anterior, y más o menos el mismo número de grupos.
Otros lugares de interés han permanecido cerrados varios meses por diversas circunstancias, como el Forno do Forte o Dombate, que se prepara para recibir a muchos turistas.