«Las pasiones humanas son las mismas ahora que hace cuatro mil años»

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La sevillana Atalaya Teatro ofrecerá mañana «Ricardo III» en el Pazo de Cultura carballés

30 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Atalaya Teatro, compañía sevillana, es una formación teatral que prácticamente no necesita presentación. En el 2005 pasaron también por el FIOT carballés con su obra Medea y conquistaron al público. Ahora vuelven con Ricardo III , una tragedia adaptada de otro gran genio de la dramaturgia, William Shakespeare. Eso será mañana, a las 21.00 horas, en el Pazo de Cultura. Atalaya lleva unos 25 años sobre el escenario y eso se nota: esta es la historia de la lucha por el poder absoluto en Inglaterra, la historia de un criminal, un tirano y un psicópata corrompido por su ambición. Ricardo Iniesta, uno de los mejores creadores escénicos de toda España es el adaptador y director de este trabajo de 105 minutos (el texto original duraba unas cuatro horas). Ricardo III es el primer espectáculo que estrenan tras haber recibido el Premio Nacional de Teatro. También los espectadores carballeses podrán acercarse a la compañía antes de la función: mañana, a las 19.00 horas, también el Pazo.

-En «Ricardo III» podemos ver canciones o baile, pero es una obra que sobrecoge, según las críticas, por su crudeza y por su interpretación. ¿Ha resultado complicado adaptar una obra de Shakespeare a lo que quiere ver hoy el público español?

-Nuestra labor siempre es intentar que el lenguaje de un autor, sea Shakespeare o anteriormente Valle Inclán o Lorca o los clásicos griegos, llegue manteniendo la fuerza de su lenguaje universal, pero al mismo tiempo que sea comprensible. Para ello no nos valemos de vestirlos de nuestra época, porque entonces le quitaríamos la esencia universal, pero sí que hacemos que el ritmo y las palabras sean totalmente asequibles, manteniendo, eso sí, la fuerza del verso, en este caso del verso yámbico. La escenografía es manipulada por los propios actores y eso le da ese magnetismo a la obra, con la sensación de un permanente cambio escénico.

-¿Cómo puede ser actual una obra con tantos años?

-Hablar de poder y corrupción en los tiempos que corren es hablar de la realidad, de lo que está pasando en nuestro país y en muchos otros. Tanto Shakespeare como los clásicos griegos pueden ser incluso avanzados para nuestro tiempo, sobre todo en la forma. Escriben para todos los tiempos, para el cosmos, para el pasado, el futuro y el presente. Con crudeza y fuerza, de tal modo que el espectador se queda impregnado de ello. No son culebrones o historietas cotidianas basadas en lo que un día es actualidad y al día siguiente no, sino que escriben sobre las grandes pasiones humanas y esas son las mismas ahora que hace cuatro mil años.