Las corrientes han llevado hasta la costa en los últimos días los restos de varios mamíferos marinos. En Corcubión, en concreto en la playa de Santa Isabel, apareció el lunes un ejemplar adulto de delfín común. La marea dejó su cuerpo semienterrado en la arena, levantándolo después y arrastrándolo de nuevo hacia la ría. El animal no presentaba signo alguno de muerte violenta.
Agentes del Seprona y de la Policía Local se trasladaron hasta la playa para ver los restos. Ayer llegó un equipo de Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma) para documentar y estudiar la muerte del cetáceo. Después se trasladaron hasta Fisterra, donde aparecieron también restos de otro delfín en la playa de A Langosteira. En el mismo arenal fueron localizados también algunos restos de una tortuga marina.
No se sabe qué pudo llevar a los animales hasta la costa. Gran parte de las muertes de delfines se deben a que caen en las redes de barcos pesqueros. Las hélices de los buques y la ingesta de plásticos y otros elementos pueden causar también su fallecimiento.
Un animal muy querido
La otra cara de la moneda la aportaba Gaspar , el delfín común que lleva ya tiempo recorriendo la costa gallega y que desde hace un tiempo recala en Fisterra.
Un nutrido grupo de curiosos, fundamentalmente niños, se acercaron ayer el puerto para jugar con él. Aunque aparentemente el cetáceo se muestra muy sociable, desde la Cemma recuerdan que se trata de un animal salvaje y que su respuesta puede ser imprevisible, por lo que no se debe jugar con él. La cabeza y la zona ventral, donde se sitúan sus genitales, son especialmente sensibles, por lo que no se debe tocar nunca esos lugares.