«O mundo do volframio ten moito de novelesco e atractivo»

CARBALLO

El catedrático Xoán Carmona Badía charló con los carballeses sobre algunos episodios de la historia de este mineral en Galicia

19 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

«Este é un lugar moi agradable para os que somos algo nostálxicos», dijo, encabezando su exposición. Había estado en la Costa da Morte, no hace mucho, guiando un breve recorrido por Balarés. El jueves, de nuevo, Xoán Carmona Badía, catedrático de Historia das Institucións Económicas en la Universidad de Santiago de Compostela, regresó a la comarca para charlar sobre el pasado minero de esta zona. Lo hizo en el casino de Carballo en un acto organizado por el Instituto de Estudos Bergantiñáns y presentado por el historiador Luis Giadás.

La conferencia de Carmona, bajo el título de O impacto do wolframio na zona durante a posguerra, dio mucho que hablar. En sentido literal, porque el público presente acabó aportándole datos al ponente y recordando con él etapas vividas en algunas de las minas más importantes histórica y económicamente.

«O volframio foi un mineral cun efecto económico moi breve, pero moi importante. Para o Estado español, foi a principal exportación durante os anos da guerra», sentenció Carmona. En sus charlas, el catedrático es ameno y busca la participación -de hecho, acercó su silla al público «porque non me gustan as distancias»-. Proporcionó datos y gráficos impactantes: «O valor do volframio que saleu do Estado multiplicaría por seis o valor das reservas de ouro español naquela época», apuntó. Tuvo una importancia «bestial» en la macroeconomía y el papel clave lo jugó Galicia. «Todo o mundo no ámbito militar falaba do que pasaba en Carballo, no Monte Neme e en Santa Comba». Puso estas localidades a nivel internacional.

Carmona no deja de insistir en que ese mundo «ten moito de novelesco e atractivo», que incluso daría para una película o para una novela de John Le Carré. Alemania no tenía producción propia de wolframio. Le llegaba de China, pero con la guerra chino-japonesa, a partir de 1937, vio peligro de dependencia. La situación se hizo más aguda a partir de 1941 y entonces la única posibilidad de conseguir wolframio quedó en la Península, principalmente en Galicia. Aquí, hubo, al principio, dos grandes zonas: San Fins (Lousame, Noia) y Vila de Cruces . Las empresas Montes de Galicia S. A y Estudios y Explotaciones Mineras Santa Tecla centran los nombres de las compañías que lo trabajaron. Por Carballo pasaron Miguel Correa, Rodríguez de Tejada o José Manuel Ortego. El médico Pedro Abelenda tenía en Monte Neme las mejores minas; las menores las explotaba Santa Tecla.

Los presentes, porque lo vivieron, confirmaron que «había miles de persoas traballando de día nas minas e outros de noite, estes últimos, roubando volframio». Hubo estraperlos en algunos casos, pero el wolframio, en Carballo, «quitou a fame e elevou o nivel de vida».