«Ser concejal te permite conocer el territorio desde otra perspectiva»

CARBALLO

Durante 12 años formó parte del gobierno de Carballo. «No me echaron ni me fui», dice, y no descarta regresar

07 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

No es fácil encontrar tu sitio. A José Luis Castro Couto le llevó casi cuarenta años, pero desde que se instaló en su casa de Barís, en el 2000, lo tuvo claro. «Es un sitio tranquilo, tengo buenos vecinos y... a vivir», argumenta. Trasladarse a Rus significó regresar a las raíces, porque fue en esa parroquia carballesa, en el lugar de O Val, donde nació el 8 de enero de 1960. «Como decía un colega mío, nacimos tú, yo y David Bowie, que somos los mejores del mundo», bromea.

Su infancia transcurrió entre Carballo y A Coruña. Vivió en la capital de la provincia hasta los veinte años, pero los mejores recuerdos de su adolescencia están en Bergantiños. «Yo siempre estuve ligado a Carballo. A pesar de tener también mi pandilla en A Coruña, todos los fines de semana venía, y desde ir a echar un baile a As Airas... Además, todos los veranos me los pasaba aquí, y siempre me encontré muy a gusto». En Carballo, además, conoció a la madre de su hijo. Y ya no hubo vuelta atrás.

Desde muy joven -no había cumplido los veinte años-, José Luis Castro Couto trabaja en la Administración. Empezó en el Ministerio de Sanidad, en una época de la que conserva montones de recuerdos y anécdotas. «Cobrábamos cada tres meses, porque las nóminas se hacían aquí, pero tenían que aprobarlas en Madrid, y me imagino que irían en tren», bromea. Vivió, por tanto, el traspaso de las competencias a la Xunta. «La cosa empezó a evolucionar para mejor», asegura, y únicamente hizo un alto en su carrera profesional en Sanidade para dedicarse a la actividad política.

Durante doce años, José Luis Castro Couto fue uno de los pilares del gobierno municipal de Carballo. No es que fuese una persona con ambiciones políticas, pero un compañero de trabajo «me embarcó», dice, en la candidatura del CDS en 1987, y cuatro años más tarde lo fichó Manuel Varela Rey para Independientes por Carballo, desde donde llegó al Partido Popular.

Una de sus mayores satisfacciones de esa época fue ganar las elecciones de 1999, «porque me involucré mucho en la campaña y porque había trabajado mucho los cuatro años anteriores». Pero el primero fue el mandato más gratificante y duro al mismo tiempo. «Yo era concejal de Servicios Sociales y ahí no valen los votos, ni si hay dinero o no. Hay cosas que tienes que hacer, desde hacer una vivienda digna para una familia hasta tomar decisiones muy difíciles».

En 1995 asumió la cartera de Obras, pero el hecho de ser el único miembro de la corporación con dedicación exclusiva, aparte del alcalde, lo convirtió en concejal de casi todo. «Eras un poco el secretario de todo el mundo, porque la estructura que había en aquel momento en el Ayuntamiento era muy pequeña». Años después, haber pasado por el gobierno municipal le permite tener la satisfacción de haber participado en la ejecución de obras emblemáticas como el Pazo da Cultura o tan necesarias como la apertura de pistas en las parroquias. «Fue una experiencia alucinante. Ser concejal te permite conocer el territorio desde otra perspectiva. Yo me conozco todas las pistas, todos los rincones... Todo eso te da una perspectiva totalmente distinta de lo que es el sitio donde vives».

Después de doce años de gobierno y cuatro de oposición, José Luis Castro se quedó fuera del equipo del PP en el 2007. «En un momento te toca estar en la cabeza de la lista y en otro, en la parte de atrás para empujar», argumenta. Pero, en su caso, la distancia no es el olvido. «Ni me echaron ni me fui, y tampoco descarto, si algún día me lo ofrecen, volver. Y creo que si volviese, con la perspectiva que dan los años, sería con más tranquilidad. Ahora mismo estoy viviendo una etapa muy buena, pero, si me lo propusiesen, seguramente diría que sí. La política, cuando te gusta, te gusta».