La retirada de los vestigios del franquismo que aún perviven en A Laracha en forma de nombres de espacios públicos -como la plaza del Generalísimo, en la capital municipal, o la avenida de Carrero Blanco, en Caión- volvió a propiciar uno de los momentos más tensos del pleno celebrado ayer. La cuestión fue planteada una vez más por el portavoz del BNG, Xoán Sande, quien reclamó que la localidad no se convierta en «un dos últimos redutos onde se honra a fascistas cos nomes de rúas e prazas» y recordó que la ley de la memoria histórica obliga a retirar esos símbolos. Sin embargo, la moción se topó de nuevo con el rechazo del grupo de gobierno (PP).
«Nós non honramos nin homenaxeamos a ningún ditador», replicó el alcalde, José Manuel López Varela, al tiempo que aseguró que su intención de cumplir sus obligaciones legales, aunque matizó que la ley no establece plazos para realizar esa retirada y eludió aclarar cuándo la hará. «Nós non puxemos eses nomes», dijeron desde las filas populares.
También suscitó debate el problema de la financiación de los municipios. El BNG fue el primero en plantear la cuestión a través de una moción en la que reclamaba la modificación del sistema actual, pero el PP votó en contra de su urgencia y presentó otro texto, más extenso y crítico con el Gobierno central, que fue calificado de demagógico por la oposición.
Educación y subvenciones
La petición de los nacionalistas de que se cubran las plazas docentes vacantes en el colegio Otero Pedrayo también dividió al gobierno local y a la oposición, y abrió una discusión entre el PP y el PSOE acerca de las mejoras educativas reclamadas a la Xunta durante el Gobierno bipartito y la etapa popular.
También hubo polémica en torno a las subvenciones municipales para actividades culturales, deportivas y festivas. Sande criticó que se excluyese de la convocatoria a las asociaciones vecinales y dejó entrever que existe un veto a una entidad, que no citó, por la presencia en su directiva de personas próximas a la formación nacionalista. El regidor defendió su decisión de excluir a las asociaciones de la convocatoria y cargó contra la entidad en cuestión: «É curioso que nese caso todos os membros da directiva traballen na campaña para un mesmo partido», aseguró.
El concejal socialista Andrés Peral solicitó la mejora de un camino que da acceso a dos viviendas del lugar de Nogán, pero el alcalde explicó que no se trata de un vial público, sino sujeto únicamente a una servidumbre. Peral se refirió también a la caída que sufrió un niño en verano en el paseo de Caión y pidió mejoras en la seguridad de la zona, pero desde el grupo de gobierno respondieron que se trató de un incidente aislado y pidieron a los padres que estén más pendientes de sus hijos.
Tampoco consiguió su objetivo de dotar de un semáforo el cruce de As Rañeiras con la AC-552 la concejala del BNG Carolina Castiñeiras. El alcalde reconoció que se trata de una intersección peligrosa, pero apuntó que hay otros puntos similares y que la señal podría aumentar incluso el riesgo de accidentes.