El grupo fue «máis que un soño»

CARBALLO

Legendarios de la música gallega, nacieron hace 31 años y pararon hace 15. Desde entonces tuvieron alguna actuación esporádica, pero ya no volverán

26 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

No volverán

lo cantaba Ana Belén en los años en que Xocaloma eran uno de los estandartes de la música gallega. Fueron muchos años, y buenos. «Os mellores da nosa vida», recordaba ayer Fernando Fidalgo, uno de los miembros fundadores del grupo. Marcaron al menos a dos generaciones, dejaron un gran poso de nostalgia entre sus seguidores y dieron excelente fama a Carballo.

Algún vecino de la zona puede contar hoy el orgullo que sentía cuando, al llegar a la Universidade de Santiago a finales de los ochenta, y encontrarse de repente con estudiantes de toda Galicia, se referían con admiración el grupo al informar que él, como ellos, venía de la capital de Bergantiños. Pasaba mucho con los del norte de Lugo o con los del sur de Pontevedra, algo que dejaba perplejo al interlocutor ya que en su propia tierra eran conocidos, pero uno no se imaginaba que su fama era muy superior lejos de casa.

Suele contarse que Xocaloma nació del coro parroquial Vidas Alegres. Es cierto a medias. En realidad, nació antes. El propio Fidalgo, Juan Carlos Díaz del Valle, Mon Cerviño y Manolo Barca, con la incorporación después de José Ramón Castro, cantaban los sábados por la noche, a las nueve, en la Misa da Xuventude que había puesto en marcha el actual cura carballés, José García Gondar, entonces también un chaval. «Eran misas que estaban a tope de xente. Nós ensaiábamos ao saír da escola os venres. Cantabamos na igrexa provisional, mentres se estaba facendo a nova», explica Fidalgo. Eran un grupo fundamentalmente vocal, cualidad que marcaría su devenir posterior, pese a que los componentes fueron variando. El papel del párroco fue importante. Con todos los respetos, casi como el del quinto beatle . Incluso llevaba a los músicos a actuar en un Seat 600 azul que tenía.

Después ya llegó Vidas Alegres, más voces y algunas femeninas. Una, Loli Platas, fundamental. Su nombre, y el de tres compañeros, está en el alma gráfica. Es la Lo . Xo es de Xosé Ramón, Ca de Carlos y Ma de Manuel, de paso fugaz, que ya no está. Xocaloma surgió de darle vueltas a nombres. Pero al principio fue Jocaloma. Así estuvieron más de un año, hasta que al final llegó la grabación del primer disco, Terra , y la equis se impuso a la jota para siempre.

En las viejas fotos de 1978 aparecen Juan Carlos Díaz del Valle, los hermanos Silva (Juan y José Luis), Hurtado, Mon Cerviño, Teté, Fernando Hidalgo, Jorge Campos, Loli Platas. Algunos se irían, y otros llegarían, como Juan Cancela o Joaquina Ávila.

Seis discos

Editaron seis discos. Terra fue el primero, en el año 1978. Siguió Soio un soño , en el 79, con el mismo título de su tema principal, emblemático, cuya letra aún pueden cantar unos cuantos con un mínimo esfuerzo de memoria, incluso los que no estaban allí. Vou ó mar es del 81; Rosas de Luz , del 85, y Xocaloma 15 anos , del 93.

Fue casi su canto del cisne, porque en el 94 el grupo ponía el punto y final a su prolífica trayectoria. A conciertos en escenarios importantes (al principio los habían llegado a dar en remolques y lugares sin enchufe), a giras... Fue una trayectoria de éxito, pero pudo serlo mucho más (la historia es conocida) si hubieran aceptado aquel contrato de la multinacional Zafiro para ampliar horizontes más allá de O Cebreiro, incluidos los lingüísticos. Y por ahí no pasaron. «Pensabamos que traizoábamos algo», señalaba en una entrevista reciente en La Voz Juan Carlos Díaz del Valle. Una decisión que impactó, por sorprendente, a la discográfica, pero que desde el grupo siempre estimaron como la más correcta.

Desde el 94, el grupo se ha reunido en algunas ocasiones. La más destacada fue en el 2003, en el pub Dublín de Carballo, para celebrar los 25 años de su creación. «Creo que foi das mellores actuacións», señala Fidalgo. «Alí estaba a Xocaloma de sempre, penso que foi unha boa despedida», añade. Y con el público entregado. También cantaron en Cances el 25 de agosto del 2007, a iniciativa de la asociación cultural San Campio de Cances, por un compromiso de amistad con los miembros de la entidad. Y algunos de los miembros se reunieron para actos muy concretos, pero ya sin continuidad ni como formación en pleno.

Además, los han llamado varias veces de programas televisivos, intentando incluso una especie de revival (tan de moda últimamente, en Galicia, España y el mundo), pero no han aceptado.

Así que no, no volverán.

Dice Juan Cancela que las circunstancias vitales son muy distintas. Fueron esas precisamente las que llevaron al parón del 94. Los hijos, el trabajo... Fidalgo coincide, y añade que en Xocaloma siempre han sido muy críticos con ellos mismos. «Sempre buscamos un son perfecto, facer as cousas ben. O que non imos facer é volver para andar a cabalo da historia u para cantar en play-back . E facer as cousas ben esixe ensaiar e preparar todo moito, e xa non estamos en disposición de facelo», asegura. Así que, por esa vía, lo ve inviable.

No ha sido el suyo el caso del grupo que se rompe por desavenencias entre los componentes. «Que va, ao contrario. Levámonos estupendamente, vémonos, falamos, pero de aí a volver a montar o grupo, nada». Y eso lo dice siendo consciente de que es algo que está en el aire, que se comenta, se lo piden, se habla y hasta se especula, pero nada.

La música, no obstante, no les ha abandonado. No desde aquellos años de la iglesia, en los que la primera guitarra que llegó al grupo era de Fernando, un regalo de Reyes, pero como no le gustaba tocarla, se la pasó a su primo Mon, quien hoy colabora con la Escola da Rúa, lo mismo que Cancela, quien además toca (o tocaba, puntualizó ayer) con The Cerne y en ocasiones con su padre Manolo. Fidalgo dice de Cancela que es un extraordinario guitarrista. El propio Fernando hace a veces sus pinitos con Juan, pero es más por matar el duende que por recuperar la magia de antaño.