A favor por aclamación popular y un amago de levantar la sesión

E. E.

CARBALLO

14 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La calma duró poco más de unos minutos en el pleno de Vimianzo. Tras los primeros compases el vocal del BNG, Manuel Antelo, levantó la voz en su discurso, pidiendo paso ante las continuas peticiones del alcalde de que fuera terminando. Ya no bajaría el tono, acusador, dedicado a Alejandro Rodríguez.

«¡Non sexa demagogo!», se desgañitaba el regidor, «¡As verdades como puños doen!», le respondía el edil, «¡Non di máis que mentiras!», contraatacaba el alcalde, comparando con Pinocho a un Antelo que lo acusaba de haberse comido los plazos legales para la tramitación del proceso de descatalogación marcados por la Xunta.

«¡A Xunta non é quen de facerme nada!», atacaba, casi fuera de sí, Rodríguez, al más puro estilo de Al Pacino resistiendo balazos en El precio del poder . Una discusión que tuvo como atónitos testigos a cerca de 70 vecinos de Carantoña a los ediles del PP, menos atónitos y con poca ocultas sonrisas, dichosos -al menos políticamente- de ver como los otros dos en el juego se despellejaban mutuamente.

La batalla no iba con los populares, pero Borbujo aprovechó la coyuntura y su condición de llave para hacer un mimo a los allí reunidos. «Yo apoyaré lo que digan los vecinos», dijo, y a ellos se dirigió, en plan concurso, para saber si preferían la opción BNG o la ofrecida por el PSOE. Aunque alguien le recordó que aquello no era una asamblea, los vecinos aclamaron la primera y ella cedió, graciosamente, su voto al pueblo, dejando solo a Alejandro Rodríguez. El alcalde quiso que se votara también su propuesta, y aprovechó, con una finta espectacular, un error en el voto del PP para levantar, al segundo, la sesión. Pero hubo bronca y se volvió a votar.