Por primera vez desde que se implantó el peaje en la AG-55, hace ya once años, la empresa concesionaria ha subido las tarifas en enero. Hasta ahora, las revisiones se habían realizado siempre el 1 de abril, lo que supone que en menos de un año se han registrado dos incrementos. Pero este último, en plena crisis económica, no tiene tanto que ver con la actualización de los precios en función del IPC -argumento que se repite cada año- como con el convenio firmado entre la Consellería de Política Territorial y Autoestradas de Galicia «para a execución de ramais de enlace na autoestrada do Val Miñor (AG-57), a súa integración na concesión administrativa e a súa modificación», como reconoce el propio departamento autonómico en la resolución aprobada el 20 de noviembre como respuesta a la petición presentada por la empresa concesionaria solo ocho días antes.
La peor parte de la subida corresponde a los vehículos pesados de la categoría 2, en la que figuran camiones y autocares de cuatro ejes o más, ya que el peaje para ellos crece en todos los tramos excepto entre A Laracha y Paiosaco, y los aumentos alcanzan hasta diez céntimos. De esta manera se consolida una tendencia de años anteriores que consiste en gravar más a los vehículos más grandes, con incrementos que oscilan entre cinco y quince céntimos, según los trayectos y los años.
Al mismo tiempo, Autoestradas de Galicia, con el visto bueno de la Consellería de Política Territorial, insiste en repercutir el peaje, sobre todo, en los vecinos de la Costa da Morte, ya que en el tramo entre A Coruña y Arteixo no ha habido subidas desde hace cuatro años. La empresa argumenta que el volumen de tráfico es mayor. Desde la comarca no solo se critica esta segunda revisión de las tarifas en menos de un año, y por sorpresa, sino también el hecho de que el aumento de los precios en la AG-55 vaya a utilizarse para financiar los nuevos accesos en la autopista del Val Miñor.