Una familia de fotografía

Luisa Gutiérrez

CARBALLO

El alcalde de Camariñas y su hijo comparten una gran vocación gracias a la cual han retratado los paisajes más bonitos y espectaculares de la comarca

12 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La fotografía ha sido siempre, según Diego Alonso Freire, el pan de cada día en su casa. En su familia todo el mundo se dedicaba a eso. «A verdade é que nacín nisto, porque todos na familia se dedicaban á fotografía, así que, ao final, acaba gustándoche este mundo sen darte conta», explica. Pero lo cierto es que Diego tuvo buenos maestros a la hora de aprender el oficio. Su abuelo, Manolo Alonso; su madre, María del Carmen Freire Ramos, y su padre, Manuel Valeriano Alonso de León, actual alcalde de Camariñas, le transmitieron sus saberes. «Escollín eu a profesión, pois sempre estivo na miña mente traballar nisto, pero é normal, pois crieime entre fotógrafos», añade. Tuvo su primera cámara de fotos a los tres años. «Xa nin me acordo, porque era moi pequeno», explica Alonso hijo.

De hecho, desde hace cuatro años se hace cargo de la antigua tienda Foto Alonso. «Collín eu o negocio e cambieille o nome, agora é Net Cam porque ofrecemos outro tipo de servizos, como a confección de páxinas web», aseguró Diego. Las cosas han cambiado bastante en un mundo que avanza a pasos agigantados. Pichurri es de la era analógica y su vástago, de la digital. Pero Diego lo explica: «O concepto de foto é o mesmo no momento de disparar, o que cambiou foi o tratamento de imaxes».

Manuel Valeriano cambió la fotografía por responsabilidades políticas hace algo más de un año. Pero dejó un gran poso en su hijo, que continúa ejerciendo el oficio de su padre y su abuelo. Así, a Pichurri le tocó cambiar de posición y en poco tiempo se ubicó delante de la cámara, situación que le costó digerir. Pasó de retratar bodas a oficiarlas y a salir en imágenes realizadas por sus colegas. Y su hijo sabe que eso cuesta mucho. «É que custa moito saír en fotografías, non gusta estar diante. Un está afeito a colocar á xente, pero canto che toca estar non sabes nin como poñerte».

El alcalde, en su época de fotógrafo, protagonizó una de las polémicas más sonadas en la Costa da Morte por su enfrentamiento con el cura de Camariñas, que le prohibía hacer imágenes en el templo. Encierros, manifestaciones y protestas se sucedieron en un conflicto en el que tuvo que mediar el mismísimo obispo Ricardo Blázquez para zanjarlo de una vez por todas.

Cuenta Diego que una de sus zonas favoritas para fotografiar es el faro Vilán, desde cualquier parte. «Fixemos tantas fotos alí... É, persoalmente, o lugar que máis me gusta. É impresionante».