Desde hace unos años, al llegar a Malpica el viernes de fiestas siempre se escucha o dice lo mismo: «¡Ay, ya no son lo que eran!». Y no, las Festas do Mar ya no son lo que eran, y las calles y el paseo ya no están abarrotados, como hace algún tiempo durante estas fechas. Pero, aun así, están bien y ofrecen una atractiva oferta al visitante.
La velada del primer día festivo estuvo amenizada por las orquestas Nueva Moda y América, pero en el nuevo emplazamiento desde que la verbena abandonó la calle principal de Malpica para regresar al puerto, esta vez aprovechando la reciente ampliación.
El público era escaso, pero el que había se hacía notar, y mucho. Durante toda la noche y la madrugada fueron muchos los corros, trenes y ruedas que se organizaron delante de los modernos palcos de ambas orquestas, en los que se animaba a participar gran parte de los asistentes. Los conjuntos musicales estuvieron bien, con una selección que iba desde los más clásico o folclórico hasta los nuevos éxitos de los últimos triunfitos .
Sin embargo, la movida no se encontraba en el puerto, sino en el paseo. En esta parte de la localidad se ubican varios pubs, que, aunque no como otras veces, concentraron una cantidad considerable de gente. Dentro y fuera de los locales se respiraba buen ambiente y ganas de pasárselo bien.
Por otro lado, para tratarse de un pueblo pequeño, los establecimientos de la localidad ofrecen a los jóvenes una variada oferta musical. De puerta en puerta se podía escuchar desde la música más comercial hasta tecno o house, pasando por el heavy más clásico, el rock y el pop. Este último estilo sonó toda la noche en uno de los bares malpicáns de la mano de una pareja de dj's madrileños, los Chulapos, que visitaron Malpica exclusivamente para hacer sonar sus sesiones conocidas en todo Malasaña.
Y la velada, como es habitual, se prolongó hasta horas en las que las velas ya no eran necesarias para ver. A mí me lo contaron...