El creador carballés prepara una nueva exposición en Vigo y mira hacia atrás en su obra para reencontrarse con creaciones de hace 30 años y reinterpretarlas
18 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Manuel Facal Ponte (Carballo, 1943) está preparando una exposición retrospectiva de su obra. Se estrenará primero en Vigo y viajará más tarde a A Coruña. Desde su casa de Málaga repasa su vida, sus viajes y su concepción del arte, una actividad con la que no persigue la belleza, sino más bien a sí mismo a través de una libertad sin ataduras.
-Cuénteme de los inicios. ¿Cómo empezó Manuel Facal en el mundo del arte?
-Empecé cuando estuve en Londres. Allí tuve la oportunidad de entrar en contacto con el mundo del arte. Me apunté a cursos en dos college , en los que estudié grabado y técnicas mixtas. Fue una manera de aprender inglés y relacionarme con el arte. -Antes ya había estado en Vigo y en Barcelona. ¿Por qué se fue a Londres? -Fueron ganas de aventura, de buscar sitios nuevos. Pudo haber sido otro lugar, París, pero Londres me pareció más exótico. Me quedé en casa de unos amigos e hice trabajos de lo más variado para sobrevivir, desde ayudante de cocina a limpiar la casa de una familia judía. -¿Y de aquel contacto con el arte le entró la vocación? -Empecé sin grandes propósitos, sin quererlo mucho. Se fue realizando el deseo de continuar. De Londres marché a Puerto Rico, donde estuve seis o siete años dando clases de arte. Allí hice también la licenciatura en Filosofía. -¿Cuáles fueron sus primeras obras? -En Londres hice sobre todo grabados. Tuve la oportunidad de hacer mis trabajos en un estudio profesional. Son obras que aún estoy reelaborando ahora (creadas en los años 70). Estoy utilizando patrones de hace 40 años. -¿Tiene alguna fuente de inspiración concreta, alguna corriente, alguna tendencia que le haya marcado? -La vanguardia, las nuevas propuestas del arte. Siempre estoy mirando cosas nuevas, lo que se hace. En cada momento te inspira una persona. En lo geométrico, Mondrian. En otro momento, Tapies. -Le dio al grabado, pero también a la pintura y a la escultura. -Veo más completo cambiar. En cualquier actividad. Me gusta la escritura, el pensamiento, escuchar músicas nuevas, estar al tanto de las cosas. -Pasó unos años algo separado de Carballo, pero parece que ha vuelto a enganchar. -Hubo gente que se interesó por mi obra, personas como Evencio Ferrero, que fue de las personas que más facilidades me dio y más interés puso. -¿Regresa muchas veces? -Estoy yendo y viniendo, me paso en mi casa de Razo dos o tres meses al año. Estaría más si no fuese por el clima. -Retomemos su historia desde Puerto Rico. ¿Cómo influyó esa estancia en su obra? -Desde allí tuve mucho contacto con Nueva York. Iba y venía. Pasaba días y semanas. Y seguí yendo a Londres, donde pasé años dispersos. -Se le ve una vida viajera, por lo menos hasta que se asentó en Málaga. -Ahora me da cierta pereza moverme. En Málaga estoy cómodo. Tengo un estudio grande y cómodo y me encanta el clima. Por paisaje estaba mejor por ahí arriba. Culturalmente es más interesante Galicia que Andalucía. La gente es más abierta y más viva, le gusta más moverse y viajar. El gallego está deseoso de moverse por el mundo y ahora, como somos algo más ricos, la gente puede dedicarse más a la cultura. -Todos menos, usted, que al revés, ahora viaja menos. -Cuando era joven estaba deseoso por moverme, ahora menos. -Dicen que el arte contemporáneo es difícil de entender por el público. -Creo que la gente joven hoy está muy bien informada, tiene una visión más aperturista, está más acostumbrada. Todo lo que sea nuevo les gusta, se ve en cómo visten, en sus peinados. La televisión también ha abierto muchas maneras de ver las cosas. Todo eso ha hecho más que los museos, y sobre todo la música. -¿Qué hay que hacer para entender el arte de hoy? -Lo importante es estar bien informado y educarse, la pretensión de acceder al arte sin educación es un equívoco tremendo que viene del pasado.