Un busto recordará en Muxía al voluntario lituano Antanas Biskantas

La Voz

CARBALLO

11 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El homenaje del Ayuntamiento de Muxía a los miles de voluntarios que pasaron por la localidad durante el desastre del Prestige finalizó este fin de semana, pero el Ayuntamiento ya tiene preparados nuevos actos para el año próximo. Al menos uno.

El nombre que más se repitió en Muxía durante los dos días de celebraciones fue el de Antanas Biskantas, el voluntario lituano que falleció en la localidad en el 2004 como consecuencia de una enfermedad y que fue ejemplo, durante de meses, de compañerismo y abnegación en el trabajo.

El regidor de Muxía, Félix Porto, avanzaba ayer que su intención es la de encargar un busto -no se pudo hacer este año aunque estaba inicialmente previsto- que recordase la imagen del lituano fallecido. La escultura, explicó Porto, se situará a la entrada de la localidad, para que pueda verla todo el que entre en Muxía.

Desde el Ayuntamiento explican que institucionalizarán un día al año, durante el puente de la Constitución, para rendir homenaje a los voluntarios y que su figura no se olvide.

Así lo explicaba el regidor muxián haciendo balance de los dos días dedicados a ellos en Muxía. «Creo que valiu a pena, deixou un bo sabor de boca», aseguró. Para el alcalde, el agradecimiento público al trabajo desinteresado realizado durante aquellos días «era unha asignatura pendente». Considera Porto que ahora se está empezando a superar en Muxía la fractura social surgida de la excesiva politización de aquel desastre ecológico.

El regidor no es capaz de cuantificar la afluencia de voluntarios de la localidad durante los días de fiesta a ellos dedicados, pero afirma que la respuesta fue buena y que se logró el objetivo previsto de difundir del mejor modo posible el agradecimiento del Ayuntamiento. «O pobo participou moitísimo», recordó Porto Serantes.

Participación

A Muxía llegaron, cinco años después, vecinos de La Rioja, de Nájera, de Rincón del Soto, de Alfaro, de Getafe, de Torrejón de la Calzada, de Los Barrios, de Chiva, de Boqueixón, de A Coruña, de Laxe, de Carballo y de otras comunidades y municipios. Hubo también una nutrida representación institucional: del Parlamento gallego, del ejército -fuerzas de la Brilat que entonces participaron en la limpieza del fuel-, de Unións Agrarias, de la Diputación y hasta del Gobierno de Lituania a través de su cónsul.

Durante los dos días de homenaje se vivieron momentos especialmente emotivos. Uno de ellos fue durante el discurso de Nacho Castro, miembro de la Coordinadora do Voluntariado, que hizo pública el «acta de defunción» de esa entidad, cinco años después de su creación para organizar la marea blanca que llegó a Muxía. Su discurso, plagado de nombres y recuerdos, arrancó aplausos y lágrimas del auditorio reunido en el edificio de servicios múltiples para escucharlo.

Del paso de los voluntarios un lustro después por Muxía quedaron también importante novedades municipales. Así, el Coído cambió de nombre, para llamarse desde el viernes Coído do Voluntariado.

Además, una sala en el edificio de servicios múltiples se ha convertido ya en exposición permanente de aquellos días. Allí pueden verse maquetas, recuerdos y muchas fotografías del mayor desastre ecológico que vivió la Costa da Morte.

Dice el alcalde que, con la deuda saldada, es hora «de pasar página», aunque la memoria de aquellos días impregnados de fuel entre el 2002 y el 2003 seguirá viva y será recordada cada año. La inauguración del busto de Antanas Biskantas será, seguro, el acto más importante en el próximo puente de la Constitución.