Estefanía Cancela llega a la entrevista un tanto agobiada. Ha estado de compras. Según explica, se le casa una amiga. La cita tiene lugar en una conocida cafetería de Carballo, junto al Ayuntamiento. Estefanía trabaja desde hace dos años en el centro médico psicotécnico Alfredo Brañas.
-¿Cómo llegó a este empleo?
-Todo lo que está relacionado con la psicología me interesa. En el trabajo que desempeño hacen falta aptitudes psicológicas para poder llevarlo a cabo. Recibimos mucha gente a la que hacemos pruebas para saber si es capaz de conducir, coger una escopeta o no. También evaluamos los que se dedican, por ejemplo a la pesca submarina, la vigilancia, el buceo...
-¿Qué tipo de pruebas se realizan en su centro?
-Son pruebas psicológicas. Entre ellas están las preceptivas. Miramos también la rapidez para dar respuestas, el tiempo de reacción y que el sujeto no tenga una perturbación mental, algo como una enfermedad que le impide desarrollar bien la conducción o realizar las actividades antes citadas. Lógicamente, si no puede superar estas pruebas, no le permitiremos que conduzca, cace o bucee.
-¿Quién más interviene en este proceso?
-El oftalmólogo y el médico. El segundo se encarga un poco de valorar si el paciente tiene las aptitudes físicas exigidas, que no le falte un brazo, por ejemplo, mientras que el oftalmólogo se ocupa de las pruebas a nivel visual, como los colores.
-¿Es posible identificar un buen conductor frente a uno malo?
-Un psicotécnico no puede adivinar ni vaticinar lo que va a pasar con estas personas cuando estén conduciendo. Hay gente que tiene un buen nivel de respuesta, pero que falla por beber. Pero hay casos en los que podemos detectar una conducta inadecuada.
-¿Cuáles?
-Es la típica situación del paciente que está muy nervioso o que suda más de lo normal. En este caso, el procedimiento suele ser el siguiente: le pedimos que vuelva otro día. Pero si su estado persiste, entonces pedimos el informe del médico.