Las otras iglesias de Santa María de Finibus Terrae

CARBALLO

Además de Fisterra, hay más enclaves del fin del mundo en España y Europa

02 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Es conocido que existen varios lugares llamados Finisterre. Desde un embalse situado en Toledo, hasta las Montañas de Finisterre de Papúa-Nueva Guinea el pueblo de Finisterre en el Estado de Coahuila, México. Villa ésta que allí denominan éjido y que fundó un coruñés en una historia de pioneros que daría para una novela.

Lo que desde luego es menos conocido es que existen otras Fisterras, ancladas en su denominación latina Finibus Terrae, cuya advocación es, como la parroquia de la Costa da Morte, Santa María. Y, también como aquella, que se trata de lugares de peregrinación o culto masivo en sus fiestas.

La más internacional es la basílica o santuario de Santa María de Finibus Terrae, situada en Leuca, una parte del municipio de Castrignano del Capo, en la provincia de Lecce, en el sur de Italia. En la zona que se conoce como Salento. Tan al sur, que de ahí le viene el nombre, ya que está justo en la punta inferior del país. No en la que, gráficamente, sería la punta de la bota golpeando la isla de Sicilia, sino la del tacón (Taco de Italia). Un fin del mundo italiano, en un cabo tranquilo, volcado hacia el Mediterráneo entre el Adriático y el Jónico, cargado de historia.

Todo en él es historia. Desde el imponente faro de 48 metros (y 102 sobre el nivel del mar) hasta la basílica aneja, construido para conmemorar el paso de San Pedro durante su viaje a Italia. Ha sufrido numerosas reformas (la última importante, de mediados del siglo XVIII), pero mucho antes del Cristianismo ya era un punto caliente , con un templo dedicado a Minerva. Es un lugar turístico y de peregrinación, donde se celebra una multitudinaria fiesta el 15 de agosto.

En el oeste de Badajoz, en la comarca de Olivenza (la capital del mismo nombre es famosa por el viejo conflicto internacional entre España y Portugal sobre su pertenencia a uno u otro país), se encuentra el lugar de Almendral, un enclave de 1.500 habitantes cuya patrona es Nuestra Señora de Finibus Terrae, cuya imagen se conserva en la capilla del mismo nombre. Estos días no porque, como informaban ayer desde el Ayuntamiento, la están restaurando. Es moreneta , como la extremeña de Guadalupe o la rianxeira. Y de mucha devoción.

La actual ermita es de estilo mudéjar, construida entre finales del siglo XIII (coincidencia aproximada con la de Fisterra) y principios del XIV. Perteneció al convento de las Agustinas, que se trasladó a Badajoz en 1779. Es visitable.

Algún autor ha atribuido su nombre a que la imagen de la santa había sido hallada en el fondo de un pozo. Un investigador de la Universidad de Extremadura considera, no obstante, que el origen de la denominación «más parece tener que ver con cultos marinos (Finisterre)». No está precisamente al lado de la vía de la Plata, pero tampoco queda muy lejos.