El gaiteiro que toca en Muxía la triste melodía del «Prestige»

Laura Matabuena

CARBALLO

02 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Colocada a la entrada de Muxía, cerca del busto que recuerda a López Abente, nos encontramos con una curiosa y poco común escultura que su autor bautizó en su día con el nombre de Raíces. No le desmerece el título, ya que es un enorme tronco de madera que sobrepasa la altura media de una persona. En uno de sus costados se acierta a distinguir la silueta esculpida de un gaiteiro. En sus dedos, que se rompieron durante el trayecto desde el taller del autor, aún se adivinan unos rítmicos movimientos destinados a extraer tonadas del tradicional instrumento.

La pieza fue tallada por el artista asturiano Pedro Bueno, que la cedió al municipio como muestra de solidaridad con el pueblo muxián, tras el desastre del Prestige . Este petrolero se hundió frente a la Costa da Morte en noviembre del 2002, y dejó en todo el litoral un reguero de miles de toneladas de fuel.

Lo que sobrevino después fue una marea que permaneció durante meses tiñendo las azules aguas de la localidad, y la vida de los habitantes de la villa con el color negro de la tragedia. Aún hoy, la naturaleza de la zona no se ha repuesto del todo, al igual que la vida de los parroquianos, que aún recuerdan aquellos días como una herida sangrante, cuando cada pequeño y oscura mancha que llegaba hasta la arena era una lágrima nueva para ellos.

La obra recuerda también el movimiento solidario surgido tras el vertido, que trajo a la Costa da Morte a miles de voluntarios, provenientes de toda la península e incluso de fuera, y que dejaron sus quehaceres habituales dispuestos a colaborar en las tareas limpieza.

La presentación de tan curiosa escultura tuvo lugar el 21 de febrero del 2003. Al acto acudieron, además del autor del monumento, las autoridades locales, encabezadas por el entonces alcalde Alberto Blanco, que descubrió la pieza. Un grupo de voluntarios asistieron también a la inauguración.