Doña Urraca, el Císter y la caballería

JUAN GABRIEL SATTI BOUZAS

CARBALLO

DESDE EL FIN DEL MUNDO | O |

09 jun 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

EL TESTAMENTO de Urraca Fernández (hija del Conde Fernando Pérez de Trava), redactado en 1199 en el monasterio cistercense de Santa María de Sobrado, es un importante documento muy utilizado por historiadores, biógrafos y periodistas debido a la gran información que contiene. La trascripción que he estudiado es la que hizo Antonio López Ferreiro en la revista Galicia Histórica . Los principales beneficiarios de dicho texto fueron los monjes de la orden del Císter, como se desprende de los nombres de una docena de sus monasterios. Y, a la par que los monjes, sus fieles escuderos templarios, cuyo juramento decía: «...no negaré a las personas religiosas, principalmente a los religiosos del Císter y a sus abades -que son nuestros hermanos y compañeros- ningún socorro, ya sea de palabra, ya sea con obras pías y mismo con las armas...». En efecto, allí donde iban los cistercenses los protegían los caballeros y por esto también ya habían recibido beneficios de Fernando Pérez de Trava para establecer su encomienda en Burgo de Faro y más tarde recibirían por medio de su hija, como dispone en el testamento, «quanta hereditate habeo in Aravegio» y donaciones para las obras de iglesias (ad opus ecclesie) como ocurre con las de Cambre y Ste. Marie de Finibus Terre. Hago mención a estas iglesias a modo de ejemplo de la comunión entre ambas órdenes. Alfonso IX confirma el 28 de junio de 1228 la donación hecha por su abuelo Alfonso VII de las parroquias vecinas a Fisterra, San Salvador y San Martiño, con sus propiedades en el valle de Duio, al monasterio de Toxosoutos el 5 de diciembre de 1135, cuyo puerto de Fisterra quedaría en manos del Temple para defensa de la piratería que asolaba desde hacía tiempo los monasterios costeros. Y del mismo modo pasaba en Cambre, pues los templarios controlaban la ría del Burgo y el tráfico de peregrinos que hacían el Camino Inglés o de Faro. Incluso se pueden apreciar las mismas huellas en un templo y en otro, como es el caso de un símbolo solar que a su vez representa diferentes períodos o fases en que se divide un ciclo; como pueden ser los cuatro momentos del día, las cuatro fases de la luna, las cuatro estaciones del año o las cuatro edades de la humanidad. Este signo es una cruz inscrita en un círculo que está en la puerta principal de la iglesia de Fisterra y en una pila bautismal de Santa María de Cambre. Esta última ubicación echa por tierra las teorías de neófitos en simbolismo que relacionan dicho signo con «consagraciones de templos y/o capillas», explicación difícil de aplicar a una pila bautismal... Por desgracia, de ambos monasterios no quedó piedra sobre piedra y, según contó el Padre Gaite, el claustro de Toxosoutos fue vendido por 4.000 pesetas al Vizconde de San Alberto. Doña Urraca, en su escrito, también deja donaciones a monasterios benedictinos: (Mouraime, Zebrario, Samaos, etc...) y a otras órdenes de caballería: ad frayres de Hospitale (Hospitalarios o de San Juan), ad frayres Spatis (Santiago) y ad frayres de (Santo) Sepulcro. El testamento no sólo es importante por la cantidad de datos que ofrece, sino también porque refleja cómo estaba distribuido el poder político-económico, religioso y militar en todo el territorio de Galicia durante la segunda mitad del siglo XII y el primer cuarto del XIII.