La huella de los templarios en Fisterra

JUAN GABRIEL SATTI

CARBALLO

TERRA E XENTE | O |

16 abr 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

LOS TEMPLARIOS dejaron su huella en Fisterra, al igual que lo hicieron en el Finistère de Bretaña, Francia (país del que eran originarios). El cómo y el porqué llegan a Fisterra podría ser motivo de otro artículo; por ahora sólo estudiaremos su impronta en el exterior de la ecclesie ste. Marie de finibus terre , según reza en la donación que hizo Urraca Fernández, en el año 1199, para su construcción. Así es que, rodeando el templo fisterrán de Santa María das Areas, nos encontramos grabada en la pared oriental la inconfundible cruz templaria casi imperceptible por el paso del tiempo; en el muro norte, al lado de la puerta santa, otra más pequeña; un espiral o laberinto y otra cruz templaria; en la pared occidental una cruz inscripta en un círculo y en el lado sur una rueda de ocho rayos. Analicemos sucintamente cada caso. Las cruces Una cruz es de extremos cóncavos y otra de extremos convexos e identifican al dueño del templo. La cruz pequeña representa las ocho beatitudes, que son: contento espiritual, vivir sin maldad, lamentar los pecados, humillarse ante el ultraje, amar la justicia, ser misericordiosos, ser puros de corazón y sufrir con paciencia las injusticias. Laberinto El laberinto tiene una doble razón de ser, en cuanto permite o veda, según los casos, el acceso a determinado lugar donde no todos pueden penetrar indistintamente; sólo los que están cualificados podrán recorrerlo hasta el fin, mientras que los otros se verán impedidos de penetrar o extraviarán el camino. Se ve inmediatamente que hay aquí la idea de una selección , en relación evidente con la admisión a la orden. La cruz en el interior de un círculo se ha tomado, desde una época muy antigua, como una figura solar , pero el sol mismo es un símbolo del principio divino. A su vez, esta figura es imagen de un ciclo de manifestación, como los ciclos cósmicos de los hindúes. Las divisiones determinadas sobre el círculo por los brazos de la cruz corresponden a las diferentes fases en que se divide este ciclo, según sea más o menos extenso: se tendrá así, por ejemplo y para atenernos sólo al orden terrestre, los cuatro momentos del día, las cuatro fases de la luna, las estaciones del año o las cuatro edades de la Humanidad. No hago más que dar una pequeña idea de lo que expresa el símbolo en cuestión; y que está relacionada directamente con el siguiente y último signo. La rueda de 8 rayos La rueda celta se representa con seis u ocho rayos. La segunda de esas dos formas se encuentran también en países orientales, como el Tíbet o la India (donde se la llama chakra). La rueda, en lugar de ser un simple signo solar, es ante todo un símbolo del mundo. En la simbología hindú se habla constantemente de la rueda de la vida , lo cual corresponde netamente a esa significación. El número 8 indica justicia y equilibrio. Este signo desempeñó un papel importante en el simbolismo templario, pues se la ve tanto como signo heráldico de estatuas funerarias del siglo XIII; como grabada en muros de distintas encomiendas francesas. No son sino un ejemplo entre muchos, de la continuación de las tradiciones célticas a través de todo el Medioevo.