Quince años de historia en la Universidad

| ARTURO MANEIRO |

CARBALLO

EL VENTANAL

01 feb 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

LA UNIVERSIDADE da Coruña cumple ahora quince años. El día 28 de enero celebró la festividad de Santo Tomás de Aquino, la más importante de la institución. Fue un acto solemne pero muy orwelliano. Se celebraron los quince primeros años de la Universidad, pero sólo se habló del primero y del último. Como en la obra de Orwell 1984 , el nuevo equipo rectoral rescribió la historia y fueron borrados de un plumazo los doce años más importantes de la Universidad de A Coruña. Como espectador, no salía de mi asombro, no me podía creer que estuviera pasando tal cosa en sede universitaria , como se dice ahora. No pude ver la cara que tenía Meilán Gil en primera fila, pero debía ser todo un poema. El primer rector de la incipiente Universidade da Coruña, José Antonio Portero Molina, recordó como el entonces presidente de la Xunta Fernando González Laxe le encomendó la tarea de comenzar con la Universidade da Coruña. Recordó las penurias de los inicios, la falta de medios y de instalaciones de los primeros años. Portero Molina acabó su intervención sin la más mínima referencia a su sucesor, José Luis Meilán Gil, que fue rector de A Coruña durante 12 de los 15 años que se celebraban. Ni una mención a la época en la que esta institución alcanzó todo su esplendor, consolidó su estatus y sus instalaciones, incluso el lugar donde se celebraba el acto solemne. Cabía esperar que se hablaría de ello en la siguiente ponencia. Sin embargo, José Antonio Portero dio paso a la intervención del actual rector, José María Barja. Este era el momento: recoger el testigo, recordar lo alcanzado hasta ese momento y proponer una gestión de futuro. Pues bien. Barja ignoró absolutamente los doce años de su antecesor, ignoró nuevamente 12 de los 15 años de la historia de la Universidad de A Coruña. Con gran aplomo, cierta solemnidad y con posibilidad de incluir más rigor, Barja habló exclusivamente a su recién cumplido año de mandato y de los cambios con que nos amenaza el sistema universitario europeo. Nuevo asombro. Estábamos celebrando 15 años de una institución en la que debe primar el rigor, la razón, la frialdad de los datos, la fuerza de la historia, y éramos testigos de un silencio en el que no había rigor, ni datos, ni respeto a la historia. Daba la impresión de ser la celebración de una revancha político-académica. Viendo estos hechos no me puede extrañar que la Universidad quiera disminuir los años de cada carrera justo cuando los estudiantes quieren estar más tiempo en las aulas, porque fuera les espera el paro; que disminuya el tiempo de cada asignatura cuando es necesario profundizar más en los conocimientos para llegar a una sociedad más competitiva. Está claro que la Universidad necesita más rigor y menos política.