La Feira das Fabas acogió a cientos de comensales a pesar del mal tiempo

Elena Silveira
E. Silveira CARBALLO

CARBALLO

ANA GARCÍA

Protección Civil instaló una carpa que resultó insuficiente para guarecer a todo el público La degustación se realizó con 250 kilos de legumbres, aportadas por los agricultores

09 nov 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

A «Que pena de choiva», «se non fose polo tempo»... Fueron los comentarios generalizados ayer en la Feira das Fabas de A Trabe. Porque llovió con ganas durante todo el día y deslució una de las citas que con más ilusión esperaban los agricultores de Ponteceso. Y no es para menos, ya que la mayoría colaboraron en la aportación de legumbres (250 kilos en total) que ayer se cocieron en una olla gigante. Raciones A pesar de los paraguas, la gente se acomodó como pudo bajo la carpa instalada en el campo da feira a media mañana y bajo la placa de un solar abierta amablemente por un vecino. Así, con los pies medio mojados y el espíritu invernal acechando, la fabada supo a gloria. Además de un plato lleno, por 4 euros los comensales se llevaron a las mesas un trozo de pan y una cunca de vino, que también era de agradecer. Pero antes de que se repartieran las raciones de fabada, hubo un pregón y el reparto de los premios del concurso de habas. El historiador y escritor pontecesán Miguel Anxo Mato Fondo relató unas cuantas verdades en su discurso: que la Feira das Fabas tiene un sabor vecinal, que no tiene un aire turístico; que no es una moda pasajera, sino que es un lugar comunal en el que los antepasados de los asistentes ya se reunían para «feirar»; que, en definitiva, se trata de una asamblea vecinal, inspirada por «ese aquel de claridade que dan as fabas». Después, hubo un pequeño lío en el reparto de premios aunque, finalmente, los tres ganadores de cada modalidad (haba del país, asturiana y de riñón) se llevaron el dinero a casa. El alcalde, José Luis Fondo Aguiar; el agente de desarrollo local, José María Salvador, el pregonero y el presidente de la asociación de vecinos de Mens y Barizo, Genaro González Lema, (en la próxima edición estas parroquias malpicanas colaborarán en la aportación de legumbres) hicieron los honores. En esta cita no faltaron los gaiteiros, que animaron la jornada, ni una verbena que también estuvo pasada por agua. Y después de este trajín, los tres cocineros que trabajaron para que la fiesta saliera a pedir de boca (Pablo Blanco, Josefa Amado y Manolo Rama), el colaborador Froilán Silva y Luis Pose, el organizador, tuvieron un momento para probar el potaje.