«Así que investigamos qué podría detener un posible colapso en nuestras simulaciones y aumentamos las nevadas en la región desestabilizada mucho más allá de las observaciones», dice el coautor de PIK Johannes Feldmann. «De hecho, nos encontramos con que una gran cantidad de nieve puede empujar la capa de hielo hacia un régimen estable y detener la inestabilidad. En la práctica, esto podría lograrse mediante una enorme redisposición de masas de agua, bombeada fuera del océano y reapartida como nieve en la capa de hielo a una tasa de varios cientos de miles de millones de toneladas por año durante unas pocas décadas».
Decenas de miles de aerogeneradores
«Somos plenamente conscientes del carácter disruptivo que tendría tal intervención», agrega Feldmann. Elevar, desalar y calentar el agua del océano, así como alimentar los cañones de nieve, requeriría una cantidad de energía eléctrica del orden de decenas de miles de aerogeneradores de alta gama.