Las morsas que estremecen al mundo

BIODIVERSA GALICIA

La serie Our Planet ha filmado a un grupo de morsas lanzándose al vacío por desesperación. Su hábitat natural ha desaparecido como consecuencia del cambio climático

08 may 2019 . Actualizado a las 10:55 h.

Los seres humanos representamos en la historia de la vida en la Tierra lo mismo que un suspiro, algo insignificante. Pero en ese breve período de tiempo hemos sido capaces de producir un colapso ecológico. El mundo natural ya no es lo que era. Esto es algo que nos cuesta entender y apreciar desde las ciudades, esos espacios que viven de espaldas a la naturaleza. Our Planet, la nueva serie documental de Netflix producida por los mismos creadores de Planet Earth y Blue Planet y cuya versión en libro ha sido editada por Geoplanetasupone una excelente oportunidad para observar las profundas transformaciones que están experimentando cada uno de los ecosistemas del planeta y cómo estos cambios afectan a los seres vivos que residen en ellos.

Sin duda, los lugares que más sufren son los polos. El efecto de amplificación provoca que el hielo retroceda demasiado rápido y los animales que viven en zonas como el Ártico o la Antártida son incapaces de adaptarse. El episodio Mundos de hielo se centra en la mayor comunidad de morsas del planeta, que recientemente se ha trasladado a una playa situada en una remota isla localizada al noroeste de Rusia, en la costa oriental del mar de Chukotka. Un destino que como se encarga de recordar el naturalista inglés sir David Attenborough, narrador de la serie, «al que han llegado por obligación, no por decisión propia. El hielo natural del Ártico, situado más hacia el norte y, en el que solían habitar, ha desaparecido por completo». Las morsas se han visto obligadas a emigrar hacia el sur y ahora en la isla de Wrangel, entre Alaska y Siberia, conviven alrededor de 100.000 morsas. El lugar es tan pequeño para estos mamíferos que se desenvuelven mal lejos del hielo que se vuelven agresivos y algunos escalan por acantilados de hasta ochenta metros de altura para evitar ser aplastados. Sin embargo, una vez arriba se desorientan y además no puede pasar demasiado tiempo ya que deben volver al mar para alimentarse. Sin saber muy bien cómo salir de esa situación y ante la desesperación, muchas morsas se precipitan por algún tipo de descuido pero otras deciden lanzarse al vacío.«Ante esa desesperación, se despeñan desde alturas a las que nunca debieron escalar», recuerda Attenbourgh. Las imágenes están dando la vuelta al mundo y son realmente estremecedoras.