Manuel Ayaso ya ocupa un lugar preferente en la plaza del Concello de Ribeira

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

Antonio Rodríguez Naranjo fue el encargado del pregón inaugural.
Antonio Rodríguez Naranjo fue el encargado del pregón inaugural. Sainza Pardal

El artista copó el protagonismo en el inicio de las fiestas, con el permiso de un elocuente y dicharachero pregonero, Antonio Rodríguez Naranjo

04 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada año, y más en este tras el parón obligado por la pandemia, ribeirenses y visitantes habituales esperan como agua de mayo el pregón que marca el pistoletazo de salida de las fiestas de verano. Precisamente, fue uno de esos vecinos que engrosan el padrón de habitantes del municipio en los meses estivales, el periodista Antonio Rodríguez Naranjo, el encargado del discurso inaugural, pero en esta ocasión cedió el protagonismo a Manuel Ayaso. Ayer se hizo oficial su nombramiento como hijo predilecto de Ribeira, y ocupa ya un lugar preferente en la plaza del Concello.

En un emotivo acto cargado de sorpresas, y en el que Ayaso estuvo rodeado por su familia, con su mujer, Lucía Rivas, a la cabeza, se descubrió una escultura en su honor. Recibió cariñosas palabras de otros artistas próximos a él, como Eva Veiga y Jontxu Argibay -autor de la escultura-, y el calor de sus vecinos, que se apelotonaron en torno a su figura para hacerle llegar su aplauso y reconocimiento. Estuvo también su hermana, que llegó desde Estados Unidos exprofeso para el acto sin que él lo supiera.

Sainza Pardal

La soprano Esperanza Mara fue la encargada de poner banda sonora a un jornada inolvidable para «o noso pintor universal», como se refirió a Ayaso el alcalde, Manuel Ruiz; y en cuanto cesó la música, amigos, familiares, conocidos y vecinos comenzaron a desfilar para saludar al hijo predilecto de Ribeira y hacerse fotos con él y con su doble, que a partir de ahora saludará a los viandantes desde un lateral de la plaza.

Por convicción

Tan ocupados estaban los vecinos congregados frente a la casa consistorial en tratar de saludar al artista que algunos tardaron en darse cuenta de que, en el balcón, ya había tomado posiciones Antonio Rodríguez Naranjo.

El alcalde lo presentó como uno de esos ribeirenses por convicción, que pese a no haber nacido en el municipio, regresan cada año a disfrutar de sus vacaciones, y él lo confirmó asegurando que hace cerca de 30 años que es fiel a su cita con Aguiño. A Rodríguez Naranjo se le notan las tablas en la radio y fue un pregonero elocuente y dicharachero, que no eludió la papeleta de contar un chiste ni dejó escapar la oportunidad de mandar algún que otro recado a la clase política, a la que pidió que «haga un esfuerzo de verdad para sentarse a buscar soluciones al problemón que tenemos con la crisis».

Habló de los precios disparados y pidió aplausos para la flota pesquera, pero también de cómo era la Ribeira que él conoció hace tres décadas, de sus amistades y de episodios como el Prestige y los incendios del 2006 que le permiten afirmar que «si hay un pueblo capaz de aguantarlo todo, siempre peleando y siempre de pie, es Ribeira», para concluir que «no hay un rincón mejor en el mundo para vivir».