María Campaña: «Solo tenemos ocho canes en la perrera de Ribeira, pocas pueden decir eso»

Carlos Peralta
Carlos Peralta RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

CARMELA QUEIJEIRO

Gestiona una asociación que tramitó 3.000 adopciones desde el año 2017

11 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

María Campaña siempre ha sido una amante de los animales. «Desde que tenía uso de razón», remarca. Su vida dio un giro de 180 grados cuando llegó a Ribeira y se hizo voluntaria en la perrera municipal, en el año 2017. «Mi vida quedó embargada», recuerda esta apasionada de los canes.

Los comienzos fueron complejos. Había que buscarle un nuevo hogar a más de medio centenar de perros. Una cantidad que doblaba el aforo recomendable del centro y mermaba su bienestar.

«Empezamos a darle mucha caña. Trabajábamos los sábados, domingos, fines de semana, hasta en Fin de Año», señala Campaña. Desde el principio de esta andadura, realiza estas labores junto a su compañera Esther Frías, que coordina adopciones, trámites y otras acciones desde Madrid. En un período de un lustro han gestionado la adopción de «más de 3.000 perros».

El proceso de acogida de un perro conlleva una serie de pasos a seguir. Vacunaciones, referencias veterinarias, adecuación del chip del animal... «una logística impresionante», resume María. La asociación está incluso todavía más pendiente de los adoptantes. «Entrego un perro para que sea un miembro más de la familia», subraya.

Siete ejemplares

Los canes han sido y son, literalmente, su vida. «Cualquier animal me lo llevaba a casa, la nobleza que veo en ellos no la veo en muchas personas. No tienen voz, pero sus ojos lo dicen todo», afirma María Campaña, que convive con siete ejemplares en su domicilio, todos acogidos. Una de ellas es Xane, de la raza crestado chino. La encontró cuando transitaba, bajo la lluvia, a la altura de A Fieiteira, en Ribeira. «Estaba embarazada. Tuvo tres crías y me los quedé a los cuatro», recapitula Campaña. Otros tres inquilinos llegaron con el tiempo, entre ellos Coco, un caniche que había sido maltratado y que pasó a sus cuidados maltrecho y con tres costillas rotas.

«Actualmente tenemos solo ocho canes en la perrera, pocas pueden decir eso», resalta orgullosa la ribeirense, contenta de que el entramado de colaboraciones y ayudas con otras asociaciones funcione a pleno rendimiento. A través de la página web de su asociación, Los Olvidados de la Perrera de Ribeira-Adopta, tramitan adopciones con destinos dispares. Desde municipios barbanzanos hasta el extranjero, figurando Reino Unido y Países Bajos entre los destinos, todo mediante una extensa red de apoyos con otras protectoras.

María Campaña afirma que a las seis de la mañana ya está en pie. Su teléfono no tarda en empezar a sonar y, así, «hasta las once y media de la noche». Su día a día es un trayecto continuo entre su casa, la perrera, posibles destinos de adopción y el veterinario. Además, siempre se encuentra al quite de acudir al rescate de animales en situación de peligro y desahuciados. «Si hay un perro abandonado en el quinto pino, para allá que voy», añade.

Olvidados de la Perrera de Ribeira-Adopta

Todo, por darle una nueva oportunidad a canes como Wilow. Los cachorros de esta hembra, de la raza griffon sabueso, ya han encontrado acomodo. Sin embargo, ella busca todavía un nuevo hogar. «Tiene solo un añito y medio y ya ha conocido la miseria; es una perrita noble y muy cariñosa», apunta María Campaña, que espera que siga el camino de sus descendientes y logre encontrar pronto un nuevo alojamiento.

La voluntaria quiere concienciar sobre una premisa fundamental a la hora de adoptar un can: se debe ser responsable y atento en el cuidado del animal. Además, insiste en que es clave seleccionar un tipo de perro que se adapte lo mejor posible al estilo de vida de la familia.

María Campaña seguirá en su empeño de darle una mejor vida sus amigos de cuatro patas. Una iniciativa que le genera «satisfacción por poder verles con buenas familias».