Lorena Formoso: De Ribeira a la alta costura de la moda nupcial

RIBEIRA

cedida

Cambió el mundo de las finanzas por la aguja y el dedal, y está a punto de lanzar su primera colección

20 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta no hace mucho, la trayectoria profesional de Lorena Formoso (Palmeira, 1981) discurría lejos de las agujas y las telas, pero un cambio de rumbo motivado por la búsqueda de la verdadera felicidad situó a esta ribeirense en el mundo de la moda. Hoy es un referente de la alta costura y, desde su taller situado en Madrid, viste a novias de diversos puntos de España. Prepara el lanzamiento de su primera colección de vestidos nupciales, que será presentada en septiembre en una importante pasarela cuyo nombre todavía no puede desvelar.

La diseñadora barbanzana verá entonces cumplido un sueño que empezó a cobrar forma en su cabeza hace unos tres años. Hasta entonces, la carrera de Empresariales que estudió en la capital de España, a donde se trasladó cuando tenía 18 años, había constituido el eje de su trayectoria profesional, primero en un banco y después en el despacho de un auditor. En medio de ambas ocupaciones, aprovechó un parón para estudiar diseño, un ámbito por el que sentía atracción, pero más como afición que como posible profesión.

El vestido decisivo

La casualidad y las personas de su entorno forzaron el cambio de rumbo que trocó para siempre la vida de Lorena Formoso: «Había diseñado, sobre todo para amigas, vestidos de calle y de noche, y con el nacimiento de mis hijas, también ropa infantil. Pero cuando se casó mi hermana le confeccioné el traje para después del banquete y causó furor». Y en el 2018, cansada de ver pasar las horas sentada en una oficina delante de un ordenador, se atrevió a dar el paso: «Ahora trabajo mucho más que antes, estoy todo el día a ello, pero soy mucho más feliz, hasta tengo mejor cara».

«Soy de bodas de cuento de hadas»

Su marca, Lorena Formoso Bridal Couture, se dirige a las novias sencillas y románticas: «Me gustan mucho los encajes, los brillos y las aplicaciones, pero trato de ser comedida, porque a veces los diseñadores nos volvemos un poco locos. Recurro mucho al tul, a la muselina de seda y a otras telas fluidas. Soy de las bodas de cuento de hadas».

Aunque la pandemia pilló a la barbanzana cuando estaba en plena trayectoria ascendente, asegura que no le ha faltado el trabajo, hasta el punto de que está un poco saturada: «Debido al covid se atrasaron muchas ceremonias y ahora hay más improvisación, con gente que me está llamando para celebrar la boda en septiembre». Entre las mujeres que han lucido una creación suya en el altar se encuentra la influencer pontevedresa Natalia Maquieira: «Llegó a mí porque buscaba un vestido distinto para una boda temática e hicimos uno de encaje de estrellas». También una conocida actriz contactó con ella recientemente, pero es un proyecto que todavía está en el aire.

Sin grandes aspiraciones

Pase lo que pase en el futuro, Lorena Formoso se muestra satisfecha con el paso dado y no se plantea por ahora grandes metas a alcanzar: «Quiero vivir el momento, dejar que las cosas sigan su curso y llegar a donde pueda. No deseo correr». Aunque su alma de diseñadora la lleva a pensar en alguna que otra mujer a la que querría ver lucir una de sus creaciones: «Me gustaría vestir a la reina y, ya por pedir, a cualquiera de las actrices de Hollywood».

En su meteórica trayectoria, la ribeirense está convencida de que seguir apostándolo todo a su sueño es la base del éxito: «Creo que no hay secreto más que el de ser una misma, diseñar lo que me gusta y lo que me inspira, porque es así como se consigue el mejor resultado. A veces me llegan chicas obcecadas con un vestido que vieron en las redes, pero siempre intento llevarlas a mi terreno, convencerlas de cuál creo yo que es el mejor diseño para ellas en función de su forma de ser».

Aunque la pandemia ha hecho mucho daño al sector de las bodas, Lorena Formoso está convencida de que habrá una rápida remontada: «En España nos gusta mucho la fiesta». Eso sí, cree que la manera de celebrar ese gran día ha cambiado y será para siempre: «La forma de vestir conservadora irá pasando a la historia y la novia será cada vez más atrevida, buscando ser única». Y en eso, la ribeirense se considera una especialista a la que ayuda, tal y como reconoce, el alma atlántica que se llevó a Madrid desde Barbanza.

Un diseñador. Le encanta Josep Font, el creador de su vestido de novia.

Una apuesta para la temporada. El tul mezclado con el brillo y la muselina de seda para crear un conjunto fluido.

Un color. Escoge el blanco típico de las novias, pero aportándole un toque de color: «Soy arriesgada»