Vecinos de Castiñeiras lo confirman: «Entre as tumbas profanadas non hai relación»

Francisco Brea
Fran Brea RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

Daniel Mallo muestra el nicho que fue tapiado después de que profanaran la tumba de su prima
Daniel Mallo muestra el nicho que fue tapiado después de que profanaran la tumba de su prima MARCOS

Residentes de la parroquia pudieron volver al camposanto después de que los nichos afectados fuesen tapiados

17 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vecinos de Castiñeiras pudieron volver a pisar el cementerio de la parroquia solo un día después de que se hubiera precintado tras conocerse la profanación de siete tumbas en el recinto. El sentir general era de indignación e incredulidad, y nadie era capaz de asumir lo que había ocurrido. La imagen de los ataúdes fuera de los nichos e, incluso, de huesos de los difuntos por el suelo será difícil de olvidar. Ayer, una vez tapiadas nuevamente las sepulturas, el ambiente seguía enrarecido y solo había un tema de conversación.

Es imposible encontrar a alguien que le vea sentido a lo sucedido: «Entre as tumbas profanadas non hai relación. Fixérono en zonas agochadas e con persoas que faleceron fai pouco, como unha muller que estaba enterrada xunto coas cinzas do marido, e con outros que morreron xa fai anos. Son todos moi distintos», indicaba una vecina. Además, «este cemiterio é bastante recente e xa non é como antes, que podía ser que a xente se enterrase con cousas de valor».

«Só quero que atopen a quen o fixo, porque causa moita dor»Tres mujeres comentaban lo sucedido: «Isto é demasiado, non ten nome o que fixeron». Nadie duda de que debió haber más de una persona implicada: «Un só non puido facer todo isto, tiveron que ser varios e tivo que ser premeditado». En este caso, se libraron por poco: «Unha das que abriron está ao lado da de meu pai. Ao coñecer o que pasou xa viñemos ao cemiterio».

Una prima

El lunes se dio cita en las puertas del camposanto mucha gente, ya que la noticia corrió como la pólvora sin que estuvieran identificadas las tumbas que habían sido profanadas.

Una de ellas correspondía a una prima de Daniel Mallo, quien explicaba que pasó por las inmediaciones del cementerio y pensó que había un entierro, hasta que se enteró de lo sucedido y se puso en contacto con su hija: «Ela xa estaba aquí. Entrou e comprobou que era a caixa dunha prima».

Este ribeirense apuntó que el ataúd de su familiar apareció cerrado, pero que se supone que «o abriron para mirar e volvérono pechar. Non creo que miña prima tivera algo de valor. Din que os que o fixeron levaron ósos». Sin embargo, esa posibilidad no estaba confirmada ayer.

«Un só non puido facer todo isto, tiveron que ser varios e tivo que ser premeditado»

Molesta que se hayan ultrajado de esta manera unos restos mortales: «Aquí ves facer unha visita de forma regular aos teus seres queridos, é unha forma de recordalos sempre, de telos na mente. E que pase isto non o entendo. Só quero que atopen a quen o fixo, porque causa moita dor», reconocía una mujer visiblemente afectada.

«Parece ciencia ficción»

Tal es el grado de incredulidad que se vive en la parroquia que hasta hay a quien le cuesta asumir que lo que pasó haya sido real: «Parece unha película de ciencia ficción. Aquí non hai riquezas, fixeron moito mal». Aunque tampoco es plato de buen gusto, es más habitual que en este camposanto, como en otros, puedan desaparecer flores, imágenes u otros objetos decorativos, pero que se hayan profanado siete tumbas provoca un «impacto moi grande. Que mal lle fixeron os mortos?», se cuestionaban ayer los que acudieron a este camposanto.

La esperanza ahora es que las fuerzas y cuerpos de seguridad tengan éxito en la investigación y los culpables sean castigados.

Un lugar alejado y sin ningún tipo de vigilancia

«Hai inquedanza porque isto pode volver pasar aquí ou noutro sitio da comarca», comentaba ayer una mujer en el cementerio de Castiñeiras. Los vecinos destacan lo alejado que está el recinto, ya que no hay casas en el entorno, y que carece de sistemas de vigilancia: «Facía falta que instalaran cámaras ou que puxeran un garda». El camposanto está flanqueado por muros de hormigón y el único acceso es a través de un portal metálico, aunque había quien aseguraba que «non resulta difícil abrilo».