Ibas fino el otro día

Emilio Sanmamed
Emilio Sanmamed LIJA Y TERCIOPELO

RIBEIRA

MARCOS CREO

25 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando en Ribeira coges una reputación ya no te la quita ni un exorcista. Es algo que solemos comentar mi amiga Marimar y yo. En este código postal no existe el derecho al olvido. Imaginemos que en la Dorna del año 2004 te agarraste una cogorza como un cetáceo, un mal día lo tiene cualquiera. Después acabaste la carrera, recorriste medio mundo, te casaste, tuviste hijos, escribiste un poemario desgarrador, descubriste la vacuna del covid… y aquí muchos solo se van a acordar de tu borrachera del 2004.

Uno ya no puede hacer el ridículo a gusto ni en la cena de empresa, que te lo van a recordar siempre. Sí, Pepe, has incrementado las ventas en un 30 %, pero ¿y aquella vez en que te pusiste las cabezas de las gambas en los dedos qué, eh? Memorias privilegiadas para las faltas… de los demás, claro.

Aunque esa memoria…. Hace tiempo, un conocido me dijo «ibas fino el otro día». ¿Cuándo? El otro día, por Rosalía de Castro. No, no iba fino, iba al súper a hacer la compra. Como decía antes, da igual que lleves un lustro jubilado del alba y del Jhonnie Walker, si estás por ahí se entiende que potencialmente «vas fino», porque sí. El pasado siempre vuelve y de aquellos polvos, estos bobos.

No somos perfectos, no somos robots, quizá ni siquiera seamos buenos. No lo sé, lo que sé es que del abanico de acciones que uno ejerce a lo largo de su vida, nos categorizan con la peor. Y la verdad es que no eres solo la mierda que hiciste aquel sábado a las tres de la mañana, eres también -o más- el domingo en que decidiste cambiar tu vida.