Ana Crujeiras: La fotógrafa que reunió a los Crujeiras de Ribeira convertidos en muñecos

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

CARMELA QUEIJEIRO

Hizo posible el reencuentro virtual de una treintena de familiares pese al covid

29 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cumpliendo una promesa adquirida en vida de los abuelos, los Crujeiras de Ribeira llevan varios años reuniéndose cada verano en el merendero de Couso para disfrutar de una comida. El covid y la nueva normalidad que llegó con él impidieron que esta gran familia celebrara su ya tradicional fiesta estival, pero sí que hubo encuentro, aunque fue virtual, mediante una serie de fotografías realizadas por Ana Crujeiras. Lo singular de la muestra, que ahora está a disposición de todo aquel que quiera verla en el Museo Municipal, es que los protagonistas de las instantáneas son muñecos que han sido colocados en escenarios vinculados con la forma de ser, la profesión o las aficiones de aquellos a los que representan.

«O que fixen foi tratar de plasmar nas fotos como eu vexo aos meus familiares ou a peculiaridade que máis me chama a atención de cada un. É a miña particular homenaxe aos Crujeiras», explica esta fotógrafa aficionada. A su hijo Manu, por ejemplo, lo rodeó de motivos relacionados con el mundo de los videojuegos, entre los que destaca el mando de una Play; mientras que a su primo Pablo lo situó sobre un mapa, a medio camino entre Galicia y Madrid: «Unha vez foi pasar alá unha fin de semana e xa non volveu, só vén de visita».

Entre los rostros más conocidos de este reencuentro virtual de la familia Crujeiras se encuentra Sara Horta, una productora audiovisual que formó parte del equipo de Dhogs, película que fue galardonada con 13 estatuillas en los Mestre Mateo del 2018. Para ella, Ana Crujeiras eligió una mochila y otros motivos relacionados con los viajes, una de sus pasiones. La fotógrafa contó con la colaboración de su prima para la edición de los textos que acompañan a las imágenes.

Homenaje a los abuelos

Aunque cada una de las 26 instantáneas que conforman esta serie, en la que están representadas una treintena de personas pertenecientes a tres generaciones de Crujeiras, tiene su encanto, hay una especial. Se trata de una imagen en la que la familia al completo aparece sobre una embarcación, O Fidalgo, la que en el pasado fue la dorna del abuelo. Y es que Ana incluyó en esta foto a sus abuelos, los que constituyeron el origen de aquellas comidas en Couso y, por lo tanto, de esta colección.

Recrear un encuentro familiar fue el desencadenante de la serie: «De feito, as primeiras figuras que merquei foron un baño portátil, porque en Couso hai un, e tamén mesas e cadeiras. Cando me fixen coa boneca que representa a miña nai, que está cosendo, gustoume tanto que foi cando decidín que tiña que facer unha foto para ela soa. Logo pensei, pois entón, para todos».

El único objetivo de Ana Crujeiras en aquellos momentos era el de regalar cada imagen a su protagonista, pero fueron ellos los que inspiraron las instantáneas, los que tuvieron la idea de montar la exposición y buscaron el local adecuado. Pese a que en un primer momento pueda parecer un álbum de familia, la autora asegura que se trata de una colección que puede despertar el interés del público en general: «Está gustando moito, porque a xente pensa que son retratos, pero cando chega alí e ve as fotos queda gratamente sorprendida».

Orgullosa de su trabajo, Ana Crujeiras quiere seguir ahondando en el mundo de la fotografía y exhibiendo sus trabajos, aunque solo sea a través de las redes sociales. Reconoce que, por ahora, no se ha atrevido a publicar ninguno: «Gustoume tanto esta exposición que teño medo a non ser capaz de superala».

La artista. Ana Crujeiras trabaja como auxiliar administrativa del Sergas, pero desde hace cinco años, la fotografía es su gran pasión.

La exposición. Titulada Unha familia, la colección está formada por 26 fotos y puede verse en el Museo Municipal de Ribeira hasta el 10 de noviembre.