Ayaso, Bueno y Casal inspiran su creatividad en la isla de Sálvora

Ramón Ares Noal
MONCHO ARES RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

ADRIAN GONZALEZ

Al amparo del certamen Surcando Mares promovido por el Náutico de Ribeira, realizaron obras rápidas cerca de la sirena

27 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El día no fue lo apacible que le hubiese gustado a la expedición, con viento del oeste, nublado e incluso algunas precipitaciones, pero la isla de Sálvora como escenario para dar rienda suelta a la creatividad bien vale medio mareo, una leve mojadura y, consecuentemente, un poquito de frío. En esas circunstancia pusieron a prueba sus pinceles y lienzos los pintores Manuel Ayaso, Paco Casal y Pedro Bueno para, en un breve espacio de tiempo, plasmar el resultado de la inspiración en el emblemático promontorio que protege la entrada de la ría de Arousa, con la sirena de los Mariño como aparente guardiana.

Fue en el marco del certamen Surcando Mares que promueve el Club Náutico de Ribeira que los tres pintores se embarcaron en una aventura de medio día. Inicialmente, iban a ser ocho los maestros y maestras del lienzo, pero circunstancias personales impidieron a los otros cinco comparecer en los pantalanes para salir, en velero, en dirección a Sálvora, acompañados por el presidente de la entidad, José Luis Torres Colomer, y el directivo Justo Arevalillo.

Ya en la isla se apostaron cerca de la sirena para, en cuestión de minutos, efectuar sendas obras que se quedarán en propiedad del Náutico. Ayaso se centró en la sirena, a la que infligió el estilo característico de las figuras de sus cuadros. Paco Casal optó más por la vela, cuya pasión había abandonado más de treinta años atrás, pero que travesía le trajo a la memoria, creando un barco en medio de una tormenta de azules y blancos. Mientras que Pedro Bueno se decantó por el estupendo paisaje que divisaba. El resultado: extraordinarias obras que contribuirán a revalorizar el Náutico de Ribeira.

Para consolidarse

El proyecto artístico ha nacido con la idea de consolidarse y de formar parte de los certámenes pictóricos colectivos y de pintura rápida que se desarrollan en Galicia. Por lo menos, Ayaso, Casal y Bueno se declararon encantados, y eso que para los dos primeros el paisaje es habitual, no en vano residen en Ribeira. Especialmente prolífico estuvo Ayaso, que no desaprovechó el tiempo y de sus maestras manos e imaginación salieron cuadros y dibujos que fue regalando a todo aquel con el que se encontraba a gusto.

Y posteriormente llegó el almuerzo, en el que los pintores se explayaron sobre el mal momento que atraviesa la profesión, la falta de relevo generacional y los pocos pintores jóvenes que acuden a proyectos artísticos colectivos como el Surcando Mares, que acaba de ver la luz, pero, si todo va bien, contará con más ediciones en parajes distintos, pero todos ellos excepcionales, porque Ribeira y su entorno está lleno de rincones y espacios inspiradores.