La oposición municipal

José Vicente Domínguez
José Vicente Domínguez LATITUD 42°-34?, 8 N

RIBEIRA

10 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

A quellos que seguimos la política municipal de Ribeira nos hacemos una pregunta: ¿Hay alguien ahí? A muchos nos da la impresión de que nada ha cambiado en el gobierno local a pesar de la minoría con la que se encuentra el PP. Es como si la sucesión de décadas de mayorías absolutas, le otorgase patente de corso para seguir gobernando con poder omnímodo.

Cierto es que los funcionarios son casi los mismos de siempre y los hábitos son difíciles de cambiar. Pero… ¿Y la oposición? Pensemos que de los 21 concejales electos, 12 son oposición; y no deberían dejar que el gobierno municipal actuase como si las cifras fuesen a la inversa, tal que casi siempre lo habían sido.

Por muy profesional de la política que sea quien gobierna en minoría, la oposición, con la mayoría que ostenta, no debe amilanarse y conformarse con las pequeñas migajas que consigue de vez en cuando. Ejercer la oposición tiene que ser algo más que el cumplimiento de un trámite.

La mayoría de personas del municipio no votaron al PP y seguro que esperaban una oposición seria, que aportase ideas, rechazase otras, criticase con firmeza los errores del gobierno y lo fiscalizase todo. Aplaudir se deja para los propios. Y no confiar en la buena voluntad de los gobernantes, conocida la tendencia de los políticos a mangonear y tomar decisiones a favor de sus intereses, es principio básico de la oposición.

Ya lo decía John Stuart Mill, uno de los padres de los gobiernos representativos: «El principio mismo del gobierno, descansa sobre la presunción de que los que poseen el poder, abusarán de él en provecho propio». Y por si esto fuera poco, dejen que les recuerde la impagable y sabia frase de Lord Acton: «El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente». De ahí que sea imprescindible y se eche en falta una firme oposición.

Permítanme la licencia de ser un poquito malo. ¿Será acaso que la oportunista y graciable retribución económica a tiempo parcial que reciben ha silenciado o cuando menos apapostiado a los llamados líderes de la oposición ribeirenses? Causa extrañeza ver como un alcalde en minoría transita, cuando no levita, sobre las plácidas aguas de una corporación conformista. ¿Mérito propio por superioridad manifiesta? Tal vez. ¿Demérito de la oposición? Ustedes dirán.

«Hay que arrimar el hombro en tiempos difíciles» -arguyen algunos para justificar su complaciente oposición- como si lo del covid no permitiese ejercer una oposición dura, crítica e imprescindible. Por ello, a mis queridos excolegas en la oposición, les diría que con mal tiempo también se navega. O, como decimos los marinos, con temporal es cuando hay que saber navegar. A ver si se nota algo en este inicio de curso.