«Lo difícil viene ahora. Habrá que redoblar esfuerzos para no retroceder»

Ramón Ares Noal
moncho ares RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

carmela queijeiro

El regidor calcula que unos 2,5 millones acabarán destinados a actuaciones relacionadas con la pandemia

11 may 2020 . Actualizado a las 17:45 h.

Probablemente, Manuel Ruiz Rivas sume más comparecencias públicas desde que empezó la crisis del coronavirus que las de los presidentes de la Xunta y del Gobierno juntos. Cada día, previa reunión de una comisión de seguimiento, el alcalde da cuenta de medidas de apoyo y decisiones para contrarrestar los efectos del covid-19 en Ribeira, tanto a nivel de salud como de economía local, en varios casos adelantándose a decisiones que acabaron implantando los gobiernos central y autonómico.

-Con tantos datos como los que ha aportado en las últimas semanas, uno ya se pierde. ¿Cuánto va destinar Ribeira a aminorar el impacto del coronavirus?

-Globalmente, contando con los fondos que ya de por sí se destinaban a servicios sociales y que ahora irán mayoritariamente a los efectos de la pandemia, unos dos millones y medio de euros.

-¿Y tienen capacidad para afrontar ese desembolso? ¿De dónde van a sacar los fondos?

-Coincide con que no tenemos aprobados los presupuestos y estamos en la época en la que se incorporan los remanentes. Barajando este aspecto y otros, vimos que podíamos destinar millón y medio de euros para ayudar al comercio, y es lo que hemos hecho, aumentar en un millón de euros las partidas anuales de apoyo a este sector y a la hostelería. El remanente solo se puede usar en inversión, y lo que hacemos es destinarlo a afrontar los pagos obligatorios, como el de Ferrovial, o la anualidad del auditorio. Esos 700.000 euros que liberamos van para ese fondo de aminoración del impacto de la crisis. Asimismo, nos permiten usar un 25 % del remanente en gasto social, con lo que alcanzamos ese millón y medio.

-¿Y cómo se reparten?

-Millón y medio van en ayudas directas, que pueden ser productivas, por ejemplo, para los ordenadores de los estudiantes, y no productivas, que son las que van a ir a fondo perdido.

-¿Y el fondo perdido a dónde va destinado?

-A ayudar a quienes hayan sufrido pérdidas económicas; por ejemplo, a la hostelería, que ya ha machacado el año. ¿Cómo lo haremos? Pues exonerándola del pago de las terrazas o dejándole ampliarlas. Con lo que le aportemos, la liberaremos de cargas para ayudarla un poco a salir adelante. Se trata de repartir la crisis entre todos por el interés general. Los importes pueden ir de 1.000 a 1.500 euros, porque se baremará si han abierto o no, y tendrán que aportar justificantes. Habrá ayudas individuales a las personas, a trabajadores que se fueron al paro. Es decir, a todos los ribeirenses que sufrieron merma en su nivel de vida.

-¿Esos fondos que destinan a la pandemia no van a suponer merma en otros servicios?

-Por primera vez en veinte años, no pediremos ni un duro de crédito, porque normalmente ese crédito va para obras. Lo prioritario este año no son las obras. Las que se van a hacer son todas las de atrás que estaban aprobadas y las del POS. Teníamos más de ocho millones en actuaciones pendientes, por lo que consideramos que no es prioritario seguir primando este año este aspecto, sino el gasto social.

-¿Desde el punto económico, considera que ha causado mucho impacto en Ribeira?

-Salvando las distancias y con todas las cautelas, dentro del contexto general, podemos decir que Ribeira fue una privilegiada. El mar, bien o mal, no paró; las conserveras tuvieron incluso más carga. Y en el importante nicho de empleo que son los supermercados trabajaron a tope. En estos dos meses, el paro aumentó en 180 personas. El resto, teóricamente están en ERTE, con lo cual cobran el 80 %.

-¿Considera que ha sido efectiva la labor de la comisión de seguimiento?

-Estoy convencido de que sí, incluso nos adelantamos a decisiones que llegaron después de nuestras propuestas. Pedimos que los núcleos de menos de cinco mil habitantes pudieran moverse libremente. Lo pedimos y lo concedieron. Pedimos que se permitieran los mercadillos con una serie de medidas, que fue lo que aprobó la Xunta. Que se pudieran incorporar policías jubilados y los auxiliares, y también lo atendieron. Quiero decir que el hecho de trabajar con anticipación dio sus frutos. Y eso solo se consiguió dedicando tiempo a lo que nos preocupaba.

-¿Cómo se están portando los ribeirenses a la hora de cumplir las normas del confinamiento?

-Por lo general, de forma ejemplar. Estamos renunciando a lo más importante que tenemos en la vida, que es dar un abrazo a las personas que quieres y que no están en tu mismo domicilio. Eso es durísimo. Pero lo difícil viene ahora. Habrá que redoblar esfuerzos para no retroceder, y depende ya más de la responsabilidad individual. Mientras te tuvieron controlados los movimientos, muy bien; pero ahora entramos en otra fase donde es más difícil esa labor.

-¿Cómo será Ribeira después de la crisis?

-En lo que atañe al comportamiento social, eso de los besos y abrazos, seguro que, una vez superada, en seis meses nos olvidaremos del lobo. Y económicamente, para algunos concellos como Ribeira, el turismo nos dará una oportunidad. Ya no estaremos detrás de nadie y es cuando tenemos que ser conscientes de la nueva realidad. Si teníamos espacios suficientes en las playas, en la naturaleza, como es nuestro caso, hay que saber venderlo frente a aquellos que achicharraban a la gente toalla con toalla. Tenemos una oportunidad que no podemos desperdiciar.