El chaval que anima con su saxo el barrio del Monumento

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

cedida

Los vecinos aplauden los ensayos de este joven de 14 años que ha incluido «Resistiré» en su repertorio

01 abr 2020 . Actualizado a las 20:03 h.

Todavía es un joven estudiante de música, pero Amador Ageitos ya puede añadir a su currículo varios conciertos abiertos al público que culminaron con fuertes aplausos. El escenario para su estreno ha sido la cocina de su casa y sus fieles espectadores, los vecinos del barrio ribeirense del Monumento, donde este chaval de 14 años reside con sus padres. La cita se repite cada día a las cuatro de la tarde, una hora que ya se ha convertido en mágica en este rincón de Santa Uxía.

Amador cursa tercero de grado profesional en el conservatorio de Ribeira y, pese al confinamiento, sigue con sus ensayos. Su ciclo de conciertos diarios comenzó como parte de este proceso formativo: «Después de comer, se quedaba en la cocina y mientras yo acababa de recoger se ponía a tocar el saxofón», explica su madre, María José Pérez.

Primero el repertorio estaba integrado por los temas clásicos propios de las lecciones del conservatorio, pero el joven fue ampliándolo. El My way de Frank Sinatra, el Love of my life de Queen y, como no, el Resistiré del Dúo Dinámico empezaron a sonar con fuerza y a despertar los aplausos del respetable. «Es una pena porque no es una zona con muchos vecinos, pero los que hay se asoman. Es bonito porque casi todos son mayores», relata la madre.

Tanto es así que, los días que Amador no acude puntual a su cita, sus fieles espectadores se colocan estratégicamente en las ventanas para reclamar su presencia. Ni qué decir tiene que su madre es la fan número uno del saxofonista: «Estoy muy contenta, tanto por esta iniciativa como por lo bien que se está portando durante el encierro. Tiene 14 años y podía estar permanentemente conectado a las maquinitas, pero siempre busca ocupación».

Tareas, cocina y ocio

Cursa tercero de ESO y, pese a que las aulas de su instituto, el Número Un, se han quedado desiertas, tanto él como sus compañeros reciben a diario las tareas asignadas. La actividad empieza en esta casa a las 8.30. Además, los lunes acude, a través de videoconferencia, a clases de piano y un día a la semana hay quedada con tres amigos por videollamada, Sara, Inés y Adrián, para cocinar. Tomar el sol en el porche, leer y claro, conectarse a la Play, también están en la agenda diaria de este joven ribeirense. Eso sí, el momento más dulce llega cuando el saxo entra en acción.

María José Pérez reconoce que el confinamiento se está haciendo bastante llevadero: «Se nos hace más largo porque mi madre está enferma y solo yo estoy yendo a visitarla. Yo lo calificaría de intenso, porque seguimos aprovechando para hacer un montón de cosas». Ella es profe en la guardería municipal, que claro está, ha cerrado temporalmente sus puertas, lo que le permite compartir más tiempo y experiencias que nunca con su hijo. Solo Amador padre sigue trabajando: «Con él sí que existe cierta preocupación, porque trabaja en los archivos del Clínico y viaja a Santiago a diario».

Esta ribeirense está convencidas de que esta experiencia será en una lección con la que todos aprenderemos algo esencial.