Esmeralda Santos: La boirense que acariciaba el agua con el remo

Jose Manuel Jamardo Castro
J. M. Jamardo RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

cedida

Esta deportista consiguió cinco títulos nacionales de bateles y trainerillas con Cabo da Cruz

28 mar 2020 . Actualizado a las 19:25 h.

Lo fue todo en el mundo del remo. Tanto en banco móvil como en banco fijo. La boirense Esmeralda Santos Maceiras (Abanqueiro, 1983) está muy agradecida a un deporte al que llegó por casualidad. Tiene un currículo impresionante. Fue campeona de España en cinco ocasiones. Cuatro con sus compañeras del Club de Remo Cabo da Cruz en bateles y una en trainerillas. También se alzó en dos ocasiones con la Bandera de la Concha con el equipo Rías Baixas, que lideraba y entrenaba Benigno Silva. Fueron momentos gloriosos para el remo femenino de Galicia en los que esta boirense tuvo un papel protagonista.

La progresión en las embarcaciones del club de la parroquia de O Castro le sirvieron para entrar en el centro de tecnificación de Pontevedra, compaginando los entrenamientos con sus estudios de márketing y publicidad. Fue convocada con la selección española en varias ocasiones. En remo olímpico alcanzó el quinto puesto en el campeonato del mundo de juveniles. Vistió la elástica del combinado nacional en múltiples ocasiones representando a España, cinco veces en el mundial y en varios europeos.

Esmeralda Santos es de las pocas deportistas de la comarca que pueden presumir de contar en su palmarés con un récord de España. Y no hace mucho que lo consiguió. En el último tramo de su carrera deportiva fichó por el Club de Remo Miño, de Tui con el fraguó una de sus hazañas más importantes: el título de campeona de España de remoergómetro consiguiendo la mejor marca de todos los tiempos. Eso sí, «no fue el absoluto», reconoce.

La proeza que quedará en los anales de la historia de este deporte la consiguió en la modalidad de peso ligero en la categoría de 30 a 39 años, un mérito del que podrá presumir esta boirense cuando mire hacia atrás y eche un vistazo a su currículo deportivo. Reconoce que en sus vitrinas «debo tener unas cuarenta medallas de diversos campeonatos. Aunque las más importantes son las de oro, también tengo varias de plata y de bronce».

Esmeralda Santos lleva un año retirada de esta modalidad deportiva. Su trabajo -es policía nacional en Vigo- y su hija le absorben mucho tiempo, aunque destaca que sigue practicando deporte, pero «al barco ya no subo para nada».

El remo no era una de las disciplinas deportivas que más le llamaban la atención de chiquilla. Sin embargo, animada por sus amigas, entró en las escuelas deportivas del Concello boirense. Además, «era un deporte al aire libre y estabas en contacto con el mar y, sobre todo, porque lo practicaba con mis compañeras».

Así comenzó en este duro deporte: «Disfrutaba mucho cuando competía y cuando entrenaba. Fueron mis mejores momentos deportivos en mi etapa en Cabo de Cruz. Había una gente fantástica y Benigno Silva, un estupendo entrenador, y también la directiva y el resto de preparadores. Este club es una auténtica familia». Fueron veinte años duros y de mucho esfuerzo tirando del remo. «Tengo grandes recuerdos. Me encantaba entrenar y viajar. Mereció la pena tanto esfuerzo y sacrificio».

Un récord

El remo olímpico ya fue otra historia. Se entregó por completo en el equipo de Tui. Decidió bajarse de la embarcación el año pasado para poner punto y final a una brillante carrera. Pero lo hizo a lo grande. Además del título y el récord en remoergómetro, se hizo con un tercer puesto en el nacional individual. «Lo más duro de esta modalidad es, sin lugar a dudas, la soledad. Por eso prefiero los deportes de equipo».

Pero la vida sigue para esta deportista de élite que lo dio todo en el agua. Echa la vista atrás y está más que satisfecha aunque, «tengo una espinita clavada y que no pude conseguir como fue participar en una olimpiada».

Esmeralda Santos recuerda su niñez en Abanqueiro, a donde vuelve siempre que sus obligaciones se lo permiten. La familia, sus amigos, los juegos y, sobre todo, la playa, la que tiene en la parroquia y la de Corrubedo, le hacen esbozar una sonrisa.

Después de dejar cerrada su etapa deportiva, su principal objetivo es «cuidar a mi hija, ser feliz y viajar. Me encantaría visitar Japón». Le gusta la cocina, ver series de televisión y estar con su familia. Ahora solo piensa en disfrutar y pasarlo bien. Merecido lo tiene.