La estrepitosa caída de clientes ahoga a numerosos negocios de proximidad de Barbanza

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

marcos creo

Dueños de varios establecimientos de Barbanza que siguen abiertos cifran en un 70 % el descenso del volumen de negocio

25 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El confinamiento y el cese forzoso de la actividad de numerosos establecimientos por el decreto de estado de alarma está situando al borde del abismo a muchos pequeños negocios de proximidad que, según las directrices del Gobierno central, pueden mantenerse abiertos. La estrepitosa caída de clientes ya ha llevado a varios a cerrar las puertas a la espera de que todo regrese a la normalidad, y otros se lo están planteando.

Lo reconocía ayer Enrique Castaño, propietario de sendas confiterías en Ribeira y Noia, quien cifraba en más de un 70 % la caída del volumen de negocio, especialmente en el caso ribeirense. Con una plantilla total de 12 empleados, subrayaba que los costes fijos que tiene son muy elevados para poder hacerles frente en la situación actual.

De forma similar se expresaba Isa Cárdenas, regente de una empresa de panadería y pastelería con media docena de trabajadores y diversos establecimientos abiertos al público: «Las ventas han descendido un 75 %. El domingo fue terrible. Ahora estamos haciendo menos cantidad, pero el servicio hay que darlo».

En cuanto a los cafés para llevar, sabe perfectamente cuántos son y quién los va a coger: «Se mantienen cuatro o cinco trabajadores y alguna que otra persona aislada que pueda venir». Sin embargo, no se plantea cerrar: «Hay gastos que asumir, y mientras dé para eso seguiremos».

En el caso de las panaderías, el descenso de ventas es generalizado: «Mucha gente va al supermercado y lo coge allí. Otros llevan barras para congelar», afirma una dependienta.

También forzada a continuar a duras penas se ve la frutera Rosa Bello: «Por las tardes ya no abro, porque no hay nadie». Su situación es complicada, porque explica que su marido también es autónomo: «Es pintor, y ahora no tiene trabajo. ¿Qué vamos a hacer? Por lo menos, lo poco que yo pueda sacar es algo».

Larga trayectoria

Negocios familiares con más de medio siglo de trayectoria ven amenazado su futuro. Al frente de una ferretería de Ribeira que continúa abriendo sus puertas cada mañana está Miguel Cascallar: «Se tes que pechar un mes vas ao tacho». Por las tardes ya solo hacen reparto a domicilio y por las mañanas, explica que «as vendas baixaron un 80 %. O que sacamos dáche para ir pagando as letras da mercancía».

Pareja es la situación que está viviendo el cristalero Severino Otero. Su único trabajo en la última semana ha sido la elaboración de unas mamparas de metacrilato encargadas por varias tiendas cercanas a su taller: «Os empregados están na casa e estou preparando un ERTE, porque traballo non hai».

Mejor ha sido hasta ahora la situación de las carnicerías, aunque los dueños de varias consultadas coincidieron en afirmar que la semana ha comenzado más floja que la anterior. Algunos, como Miguel Muñiz, no ocultan su incertidumbre: «A xente aprovisionouse moito, e non creo que continuemos vendendo coma sempre. Isto vaise acabar notando».

Los propietarios de varios negocios señalan que continúan para subsistir, como la dueña de una droguería, quien dice: «Si con lo que vendo capeo el temporal, continuaré abriendo».

Empresas que están fuera de los supuestos para hacer un ERTE buscan una salida

Las gestorías de la comarca reciben diariamente decenas de llamadas de empresas sobre los ERTE. Sin embargo, no todas pueden acogerse a la regulación temporal de empleo, una fórmula pensada para aquellos negocios que se han visto forzados a cerrar por las restricciones impuestas por el Gobierno. Esa es la teoría, pero en la práctica hay negocios que han tenido que cesar su actividad y buscan una salida para sus trabajadores.

Así lo indica el responsable de una asesoría laboral, quien apunta que ha recibido solicitudes de talleres mecánicos, academias o clínicas de odontología: «Tienen al personal en casa y la alternativa sería la tramitación de un ERTE por causa de fuerza mayor. Sin embargo, su admisión depende de la interpretación que realice la autoridad laboral».

Explica que se trata de paros reales y precisa: «Voy a arriesgarme a presentar alguno, aunque luego venga denegado. Estoy en contacto con diversos colegios profesionales y a ver qué sucede».

Los talleres

Uno de los casos que cita este profesional es el de los talleres de vehículos, varios de los cuales han decidido cerrar en la comarca al ver limitada su actividad únicamente a casos urgentes.

Entre quienes han optado por cesar figura el concesionario Ford que regenta en Boiro José Abelleira: «Tramitarei un ERTE. Xa non é só que a nosa actividade sexa a de proporcionar servizos mínimos, é que se pechan as fábricas, como está a suceder, tampouco imos ter recambios cos que poder facer os arranxos».