El descenso provocó que un centenar de mariscadores no fuesen a faenar esta campaña
03 mar 2020 . Actualizado a las 12:50 h.El viernes, los productores de Ribeira pusieron el pie en tierra para dar por finiquitada la campaña extractiva. Y los rañeiros no están nada contentos con el resultado. Menos aún con la cantidad de bivalvo que pasó por la lonja de la ciudad. La situación comienza a preocupar en un sector que tiene su principal fuente de ingresos en el marisqueo. Y es que en los últimos cuatro años las capturas cayeron más de la mitad. Esta situación incluso provocó que durante la temporada que acaba de finalizar más de cien profesionales optaran por abandonar y dedicarse a otras actividades más rentables.
Los datos son muy duros. Hace cuatro años, en el 2016, la almeja babosa, fina, roja y japónica que se subastó en el recinto de la capital barbanzana ascendió a 220.387 kilogramos. El año pasado, la cifra cayó hasta los 103.913. Fue la peor de la última década.
La preocupación ha llamado a las puertas de los profesionales ribeirenses, pues ven que con el paso de los años las capturas descienden de forma vertiginosa.
El presidente de la agrupación, Andrés Martínez, reconoció que la campaña se desarrolló tal y como esperaban: «Con pouca ameixa, pero de mellor calidade». Comentó que al haber menos bivalvo, «nesta ocasión pagouse mellor». La almeja babosa batió el récord al llegar a los 69 euros el kilo en el inicio de la actividad, a principios de noviembre.
Otra circunstancia, que en la edición que acaba de concluir fue muy llamativa, es el descenso de trabajadores en los arenales. En este sentido, el portavoz del colectivo reconoció que estaban anotados unos 260 productores, pero tan solo fueron al mar alrededor de 140. El motivo: «Xa se sabía que ía ser unha tempada de pouca ameixa, polo que moitos optaron por dedicarse a outras artes de pesca».
Roja y babosa
La situación tampoco está pasando desapercibida para la cofradía. El patrón mayor, José Antonio Pérez, indicó que no fue una buena campaña: «Estamos notando un descenso importante na ameixa roxa e babosa». Esta situación provoca que muchos productores opten por faenar o otras especies, ya que en esta temporada «resultou case imposible coller os topes».
Los productores y la propia entidad están tomando medidas con la finalidad de paliar, en la medida de lo posible, la caída de las capturas.
José Antonio Pérez resaltó que esta campaña abrieron más tarde de lo habitual y echaron a andar a principios de noviembre, ya que el marisco era pequeño y también porque detectaron menos bivalvo en sus concesiones.
La situación es complicada y en el pósito trabajan para conocer los motivos del descenso en la producción. El dirigente de la cofradía comentó: «Os biólogos apuntan varias causas que poden influír. O cambio climático é unha delas, pois as augas cada vez están máis quentes, e tamén a salinidade. Nótase que cada vez o marisco tarda máis en medrar e non se saben os motivos». La entidad ya está manos a la obra para hacer limpiezas y siembras.
La toxina continúa anclada en la ría de Muros-Noia y tiene parados a más de mil productores
Hace más de una semana la cofradía de Noia optó por cerrar la actividad extractiva de forma cautelar al detectarse niveles altos de toxina en sus concesiones. Sin embargo, apareció para quedarse y está provocando un auténtico quebradero de cabeza para los más de mil productores que regresaron a la actividad después del descanso de Navidad.
Fuentes de la entidad marinera indicaron que ayer se recogieron nuevas muestras para enviar a los laboratorios de la Xunta y los resultados se conocerán esta misma mañana. Las analíticas dieron positivo en la ría de Muros-Noia y la toxina apenas ha variado en las últimas jornadas, por lo que todavía se desconoce cuánto tiempo tardarán en abrir las concesiones.
Por otra parte, destacar que los productores que faenan en la zona podrán solicitar ayudas por el cese de actividad con motivo de la presencia de toxina. Para ello, los interesados deberán cumplir una serie de requisitos para pedir la prestación.