Los clubes esperan una reunión con el Concello antes de dar pasos para organizar la próxima temporada
29 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El proyecto para unificar el fútbol ribeirense ha entrado en fuera de juego. Directivos de Atlético Ribeira, Sálvora, Carreira, Aguiño, Oleiros y Palmeira emprendieron el pasado año una serie de reuniones con la intermediación de representantes municipales para explorar la posibilidad de unir sus canteras y tender puentes entre clubes, cuestión que ha quedado paralizada.
Llevan así desde hace un mes, apuntan fuentes de las negociaciones, que tienen prevista una reunión con el regidor ribeirense, Manuel Ruiz, para tratar de desencallar el proyecto. Si es que todavía es posible. «La situación es un desastre, pero lo que más nos preocupa es que siguen marchando niños de los equipos de Ribeira para jugar en Bertamiráns, Oroso, Conxo o Boiro», afirma uno de los directivos, harto del devenir del deporte rey en la capital barbanzana.
Mover ficha
Los responsables de los equipos, tanto los proclives a una potencial unión como los que se muestran más reticentes, esperan a conocer la versión de Concello antes de mover ficha de cara al próximo curso. «Una vez sepamos la posición de todos, se deberán tomar decisiones. Queremos esperar, porque según lo que ocurra las opciones que tendremos encima de la mesa serán diferentes», apuntó otra persona implicada.
Desde el Concello de Ribeira reconocieron que posiblemente se concertará la reunión para finales de esta semana o, como muy tarde, para la próxima. En ella se tratará de sondear de nuevo el sentir de los clubes sobre una hipotética unificación, proyecto que vendría a cambiar el panorama del fútbol ribeirense.
El objetivo de seguir este camino, que no todos los implicados están dispuestos a tomar, es el de dotar de mayor estructura al deporte rey de la ciudad, como ocurrió en Boiro. Los detractores del plan recuerdan el fracaso del proyecto entre Ribeira y Carreira que terminó por empeorar la situación que había por entonces. Mientras, la balanza y las negociaciones siguen en parálisis.