Los secretos de las defensas del castro de A Cidade saldrán a la luz en primavera

a. parada RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

CARMELA QUEIJEIRO

Los arqueólogos tratarán de averiguar si el yacimiento ribeirense tenía una muralla que pudo haberse levantado en varias fases

28 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La cuenta atrás para una de las grandes intervenciones arqueológicas del 2020 en la comarca ya ha comenzado. Si todo va según lo previsto, los arqueólogos, capitaneados por Miguel Vidal, regresarán esta primavera al ribeirense castro de A Cidade para sacar a la luz los secretos de sus defensas. De entrada, la actuación ya partirá con altas dosis de expectación e intriga, ya que será la primera vez que se trabaje en el área que se cree que alberga una muralla defensiva de 50 metros de longitud.

«A intervención permitiranos ver que aconteceu neste punto, se estamos ante unha muralla con varias fases construtivas, coa intención de posteriormente consolidala e poñela en valor», explicó Miguel Vidal, apuntando que incluso podría tratarse de un parapeto sobre un terraplén natural del que los antiguos moradores podrían haberse aprovechado, como en otros casos.

Los límites del poblado

«Temos que definir como era o peche do xacemento, pois as estruturas defensivas non deixan de ser unha das características máis importantes dos castros», sentenció de este asentamiento cuyo cruce de dataciones lo encuadra entre los siglos VII y V a. C., para concretar que «a clave sería saber se empezou primeiro como una xacemento aberto sen amurallar».

De esta forma, y a través de una gran cata, si lo que acaba surgiendo de entre la tierra se corresponde con una muralla de varios niveles constructivos, la investigación se alargaría en el tiempo a futuras fases y no sería musealizada directamente, ya que el objetivo final del proyecto es el de conocer la evolución del lugar y su sociedad, a través de nuevos datos que sumar a los obtenidos en los últimos años.

Los expertos creen que el castro de A Cidade ocupa una extensión próxima a las dos hectáreas, es decir, el terreno de dos campos de fútbol, pero desconocen si dicho perímetro albergaría el mismo volumen de edificaciones que el descubierto en la cima -este tipo de fortificaciones comienzan a poblarse de arriba a abajo-, donde tuvieron lugar las dos primeras intervenciones arqueológicas.

No obstante, las dimensiones que cercarían el montículo de tierra permiten pensar que podría tratarse de una muralla. Por otra parte, la aparición de restos arqueológicos será fundamental para poder establecer cronologías, pero también para ahondar más en la magnitud del castro y de su población.

Por ejemplo, en el 2015 los arqueólogos hallaron materiales muy relevantes, como restos de actividad metalúrgica -bronce y cobre-, o cuentas de pasta vítrea -hay más casos en yacimientos de la ría arousana- que creen que habrían formado parte de un collar.